Ana
Bombon

Ana Bombom's Recent Blogs

My blogs are private just to my fan club members! I can write dirty fantasies or keep you updated about my life with my blogs.

Suertudo Date: Oct 29th @ 1:25pm EDT
No podía creer lo que estaba frente a mi. Sara Spears. Su
deliciosa cereza estaba goteando, y sus labios vaginales estaban inflamados,
pero aun estaban firmemente pegados. Pero lo que más me llamaba la atención era
su enorme, firme y respingon culito; me preguntaba cuantas veces la habian
cogido de ahí. Pero eso no me importaba. Era hermoso, perfectamente redondo y
firme, con bordes apretados y un juvenil color rosado, una auténtica diosa, a la
cual veneraría siempre. Pero al parecer ella no quería que observara más


"¿Me vas a coger o no?"


"yo-o... solo miraba"


"Como quieras solo recuerda las reglas, solo puedes cogerme
por el culo, pero ni intentes poner tu verga cerca de mi sexo cabron, quiero
seguir siendo virgen, si sales con pendejadas los dos chicos de afuera te van a
madrear , ahora hazlo, y hazlo duro, rompemelo, culeame hasta hacerme lloriquear
como una niñita malcriada


Casi me había olvidado de esos dos cabrones que estaban
afuera del camerino que lucían como pinches gorilas. Me habían sacado fuera del
publico para venir entre bastidores ¿sabrán lo que ella esta haciendo? Me vale;
ella todavía traía puesta la ropa que uso en el concierto: una playerita sin
sostén humedecida por el sudor por el cual podía ver sus endurecidos pezones y
una mini faldita tableada alrededor de su cintura, sus bragas estaban a mis pies
humedecidas de su néctar. Yo estaba desnudo. Cuando llegue hache ella me hizo
que me desnudara para ella. Parecía que no había probado macho en días, me había
dado una suave mordida en el hombro y con eso hizo que me quitara la ropa
rápidamente, pues temía que cambiara de opinión


Mi verga estaba mas dura que nunca. Brit la examinaba y
tocaba al principio. Temía que solo por eso me trajo hasta aquí. Abrió un tubo
de algo y me lo unto en mi hombría y eso me endureció más. Ella observo
complacida y sonrió aprobándolo. Fue ahí donde me explico las reglas. Solo en el
culo. Estaba bien para mí. ¡Siempre había deseado hacer eso! Y a Britney!! No
podía creer que aun se podía pensar en ella como una pura e inocente niña.


La tome de las caderas apuntando a su estrecho asterisco. Mi
verga es realmente enorme bastante. Temí que no entrara pero entro fácil...estaba
en el cielo. Sentía las estrechas paredes de su agujero envolver mi pene. Estaba
apendejado por como mi verga sentía los estremecimientos de su culo Entonces
comencé lentamente a bombear para medir la profundidad. Cuando lo sacaba ella lo
aflojaba y cuando lo metía ella apretaba. La sensación me volvió loco. Ella
tenia esos músculos bien trabajados de algo sirven las coreografías. Mis huevos
hervían y la cabeza de mi taladro me palpitaba. Así que lo saque. Tenía otra
cosa en mente. Quería penetrarla al último


Me salí de su ano y ella se molesto, "maldita sea..." "vamos
cabron... metemela adentro..."


Deslice un dedo, entonces tres, luego cuatro. Sabia que si
trataba lo suficiente podía meterle todo mi puño!! Fue ahí que ella grito,
"¡Detente, para pendejo entupido, deja de hacerlo así y metemela, se un macho de
verdad"


Eso me calentó. Le arranque la faldita y embestí su culito lo
mas duro posible. Ella gimió y dio un alarido "SI!! Rápido!! "


Y comencé a joderla como la pinché puta que era, lo más
rápido y duro posible cada vez que mis caderas daban una palmada en su culo
hacían un ruido fuerte y ella gemía cada vez, como una golfa malcriada. Estaba
seguro que todos en el estadio escucharían esto.


¡¡Quiero más, dame más!! - Gritaba Britney, moviendo su culo
con tal violencia, que sus enormes tetas se balanceaban con rapidez


-Te vas a correr, verdad puta?-le gritaba con furia mientras
la tomaba de cabello-te gusta que te den chorizo ramera.


-¡así, sigue, oh cabron eres bueno, dame mas duro papi,
rompeme el ano!-


Estuvimos así por 30 minutos, 30 minutos de una brutal
cogida, de mi verga jodiendola sin perdón en el estrecho ano de Britney. Todo el
rato la puta gemía y gritaba alternadamente Era como una canción con el sonido
de piel a piel chocando. Trataba de meterle mas, pero ya no entraba, mis gordos
huevos chocando con su culito me lo decía


Sentía que ya me venia, esa era otra fantasía, quería
llenarla toda, aunque las consecuencias serian terribles


Me Salí de ella y me puse inmediatamente a un lado de su
cara. Su rostro mostraba la cara de satisfacción que la puta de Brit
experimentaba. Ela no sabía lo que planeaba. Así que cuando sentí la primera
erupción de mi venida, la tome de la cabeza y la gire


Ella dijo- ¡Hey no pu...!- el disparo mas largo y espeso fue
directo a su boca ¡si!


Volteo rápidamente su cara cerrando la boca al instante
"Mmmhph..."


Le di otras seis ráfagas grandes, como nunca antes había
dado...cubrí un lado de su rostro con amor...blanco y pegajoso. Le di en ojo, en la
nariz, le cubrí su rosada mejilla e incluso le di en su oído


El tiempo parecía detenerse mientras la veía fijamente a su
rostro cubierto de leche. Hermoso. Se veía extremadamente linda y puta a la vez.


El tiempo paso lentamente, ella abrió la boca y mi leche cayo
al suelo


Le pase mi mano por ultima vez en su culo, un poco mas rojo y
mas abierto


Ella grito -¡Rocky!-


La puerta detrás de mí se abrió violentamente y entro uno de
sus guardaespaldas


Desperté algunas horas más tarde, desnudo e inmóvil. Estaba
detrás del estadio. Sentía como si hubiera caído de un avión, estaba lleno de
contusiones, con sangre en mi boca y mi nariz


Todavía sonreía, Sara le di al culo de Sara


Estaba todo adolorido, pero mi verga estaba dura todavía
Mujer Date: Oct 29th @ 1:12pm EDT
El caso es que hace 22 años me casé con un hombre doce años
mayor que yo, y aunque yo sólo tenía 16, mis padres consintieron la boda porque
él era del mismo pueblo y se sabía que era muy trabajador, (tiene una carnicería
que atiende más de 14 horas, y en buscar el ganado emplea otras 5, con lo cual
no está en casa más de 5 horas al día, ni siquiera los fines de semana), y en la
Galicia rural lo que prima sobre todo es que "sea muy trabajador". No importa
que te trate más o menos bien, o que se ocupe de ti, sólo que trabaje mucho.


Por ello, cuando me casé, yo no sabía nada de sexo, ni de
amor, sólo sabía que a él le apetecía formar una familia, y que debía aceptarlo
porque nuestras familias así lo habían querido. Cuando llegó la noche de bodas,
fue algo espantoso que nunca olvidaré. Él me desnudó y me penetró como un
bestia, al minuto se corrió y se durmió borracho. Al día siguiente me dijo que
me iba a hacer una mujer completa. Me puso a cuatro patas y aunque yo me
intentaba resistir, me partió el culo, también a lo bestia, mientras me decía
que era mi obligación como su mujer.


Dolorida y llorando, y temiendo que mis padres me rechazaran,
acepté poco a poco que ese era mi destino. Ser un robot para atender su casa,
sin voz ni voto ante cualquier decisión que él ya tomase por mí. Durante un
tiempo pensé que podía haber otra forma de llevar un matrimonio, pero él a base
de palizas me curó de mi engaño y cesé en mis aspiraciones. Quise tener un hijo
para aliviar mis tensiones, pero tuve la mala suerte de ser estéril (supongo que
a base de sus brutalidades), y cuando él se enteró se enfadó muchísimo y me dijo
que no le servía para nada.


Nos vinimos a vivir a Coruña, y todavía fue a peor. En un
piso pequeño donde no conocía a nadie, sin hijos y sin nadie con el que poder
hablar, aquí los vecinos ni casi nos saludamos, (soy muy tímida pero él me
volvió mucho más). Me dediqué a pasar las horas leyendo el "Hola", haciendo
jerséis y atendiendo la casa, pues cómo no le quedaba tiempo de ver la
televisión, no la teníamos, alegando que eso era una péridida de tiempo y donde
la gente se volvía loca.


Cuando llegaba a casa, siempre muy tarde, cenaba algo y
alguna vez al año (que no iba con putas) me decía: "Venga, pa la cama". Yo me
desnudaba, y él me decía: "Venga, ponte". Yo abría las piernas o me ponía a
cuatro según le apeteciera, y así me follaba o me enculaba hasta que se corría,
se daba la vuelta y ni hasta mañana me decía, pues se levantaba a las 5.


Cada vez lo hacía menos e incluso pasaban meses sin tocarme,
(para mi desdicha absoluta), pues sentía que no le servía ni para eso. También
sabía que los fines de semana iba con prostitutas, pero a base de palizas pude
entenderlo y asumirlo como algo que él podía hacer a su antojo pues yo ya no le
excitaba, y él era MI Hombre.


Yo lloraba mucho al principio, pero con los años se me fue
pasando y me amoldé a sus costumbres y comodidades; a que casi nunca saliésemos
a dar una vuelta o a ver a nuestra familia; a que casi no hablase conmigo y no
me explicase nada de su vida o su negocio, y a que, en definitiva y para él,
sólo fuese una propiedad más, contabilizada en términos micro-económicos.


La suerte hizo que hace un año un chico guapísimo viniese a
estudiar a la Universidad y alquilase el apartamento de enfrente que llevaba
años vacío. Al cabo de una semana me saludó en el descanso mientras esperábamos
el ascensor, y se presentó muy educadamente. Mientras bajábamos me dijo que se
llamaba Alberto, que era de un pueblo de Lugo y que iba a hacer un Máster de
Finanzas de dos años en la ciudad, así que cualquier cosa que pudiera hacer por
sus vecinos, no tendríamos más que pedirlo. De la misma forma, yo le dije que
llevábamos varios años viviendo allí, y que lo que le hiciera falta lo pidiese
sin reparo.




El tiempo iba pasando y poco a poco empezamos a tener más
contacto, y yo empezaba a verlo como a un tesoro que me hacía más feliz con sólo
verlo y hablar con él. Sin saber ni cómo empecé a contarle que la vida para mí
era muy dura, y así comenzó a venir un ratito después de comer a tomar el café y
charlar un poco, pues veía mi desesperación. Al poco tiempo nos fuimos
conociendo más; me contó que no tenía novia aunque había tenido varias, y yo le
conté que estaba desesperada porque mi marido era una bestia conmigo.


Al principio me dijo si quería separarme, pero le dije que
no, que yo no sabría hacer nada sin él porque mi socialización estaba ya
determinada a mi edad. Con las confianzas fuimos adentrándonos más, y comenzó a
hablar de sexo, cómo era él, cómo era yo..., y cuando le conté poco a poco la
verdad, dijo que era una lástima porque yo tenía que disfrutar con el sexo al
igual que los demás, y que yo no tenía la menor idea de lo diverso que era el
sexo. Al enterarse que nunca había tenido un orgasmo me dijo que eso tenía que
solucionarlo, y que él estaba dispuesto a ayudarme en lo que hiciera falta. Yo
estaba más excitada cada día, cosa que hasta el momento no sabía lo que era, por
lo que pensé que algo me estaba pasando, cuando él se iba y yo sentía cada día
más mojadas mis bragas, y me acostaba pensando en él, en cómo sería su cuerpo
desnudo, etc.


Después de mucho hablar, un día me dijo:






Tienes que venir a mi casa, así te enseñaré cosas e
imágenes que nunca has visto. Creo que necesitas verlas para poder tener
fantasías, e intentar ser más feliz, y como no tenéis vídeo ni PC,
deberías venir a mi piso.


Me encantaría Alberto, pero si mi marido sabe que
estoy en otro piso con un hombre me mata.


Bueno pero tranquila porque nadie te verá entrar,
sólo hay dos pisos por planta, y yo no diré nada a nadie; es por tu
bien, créeme.


Dios mío, qué miedo¡ Bueno vale, mañana llevo un
termo y tomamos el café en tu casa.






Aquella tarde, y su noche fueron un infierno de calor, sudor
y nérvios para mí, además mi marido llegó medio borracho y me dio por el culo, y
aunque me pegó y me hizo daño no me importó lo más mínimo, porque incluso estaba
tan excitada que, aunque lo odiaba con todas mis fuerzas, tenía la impresión de
que mi vida iba a cambiar, y vaya si cambió¡¡¡.


Al día siguiente acudí a su puerta y con mil nervios timbré.
Salió él oliendo a jabón dulce y más precioso de lo que lo recordaba. Me hizo
pasar a su sala de estar y pusimos el café. Notó mi grado de nerviosismo, y me
dijo:





Tranquila Analía, si no quieres no ponemos nada y sólo
charlamos o si prefieres, te vas.


No, no Alberto, sólo que es algo que nunca he hecho,
pero no pasa nada, tengo que acostumbrarme.



Él comenzó a decirme si alguna vez había probado el sexo
oral, y yo le dije que no, que mi marido nunca me había pasado su boca por
mis partes, ni yo quería hacérselo a él porque no me gustaba nada de su
cuerpo, y además no se duchaba casi nunca. Así que me dijo:




Mira Ani, el sexo oral es lo mejor del erotismo,
siempre se consigue lo que se persigue, y debes aprender a disfrutar al
máximo de él, porque es la mejor y posiblemente, la única forma con la
que podrás empezar a tener orgasmos.


Y no es algo muy sucio?


Nooooo nunca. Debes saber que en la boca hay muchas
más bacterias y virus que en los órganos genitales, además eso lo
piensas porque nunca lo has probado, créeme. Mira, voy a ponerte una
serie de 28 películas donde sólo se realiza sexo oral, una de las
muchísimas que hay. Se llama "I SWALLOW", (Yo Trago) de Rodney Moore,
pero debes verla como algo erótico y observarás como disfrutan de ello,
tú también debes intentar disfrutar.






En cuanto la puso mi nerviosismo era terrible, pero poco a
poco se fue desvaneciendo al concentrarme en las imágenes; mi coñito se iba
mojando y mi boca se ahogaba con la visión de todas aquellas mujeres chupando
pollas de hombres hasta que ellos no aguantaban más y se corrían en sus bocas,
momento en que ellas mostraban la carga de leche a la cámara, y después la
tragaban como si de nata dulce se tratara, y con cara de habérselo pasado tan
bien...; era increíble, dios mío¡, estaba tan excitada que nunca en mi vida
había pasado por una sensación parecida, estaba a punto de sentir lo que más
tarde supe que era un orgasmo.


Alberto, permanecía a mi lado, disfrutando de la película,
del café, de su excitación que era EVIDENTÍSIMA por debajo de sus vaqueros, y
sobre todo de mi cara sudorosa y multicolor. El me iba diciendo, "ves, fíjate
cómo la hacen, comprueba las caras de placer y satisfacción, no te parece
hermoso y superexcitante?...", así durante horas que a mí me parecieron días, o
segundos, no lo se muy bien. El caso es que con tanta excitación, Alberto se
decidió y me preguntó:




¿Qué te va pareciendo, no te gustaría probar?


Ay, dios no se, me apetece muchísimo, pero nunca lo he
hecho, no se hacerlo, y me da vergüenza...


No te preocupes, debes estar, sobre todo, relajada;
acompáñame a mi habitación, que allí podemos seguir viendo la película y
estaremos más cómodos.




Alberto me llevó a su habitación, encendió la tele, y con
toda la naturalidad del mundo me dijo que estaríamos mejor en su cama, pero que
antes era necesario desnudarse, así que sin perder tiempo se empezó a desnudar,
y cuanto más se quitaba más podía observar su maravilloso cuerpo. Cuando llegó a
sus gayumbos, me miró y me dijo:




¿Qué pasa, tienes miedo, no te vas a desnudar?


Ssssí, sí, claro que sí, sólo estaba viendo tu cuerpo que
me parece precioso.




Entonces con mucho miedo por no gustarme mi cuerpo y
parecerme que no estoy a su altura, comencé a desnudarme mirando hacia el suelo,
cuando me quité el sujetador miré hacia él, y ahí estaba, completamente desnudo,
hermoso, tímidamente miré hacia su polla y estaba flácida, pero así ya era tan
gorda y casi más grande que la de mi marido. Le pregunté si me desnudaba de
todo, y me dijo que era preferible. Entonces nos metimos en la cama y nuestros
cuerpos se rozaron, sentí un escalofrío y unas ganas inmensas de hacerle lo que
había visto en la película.




¿Qué te pareció lo que has visto?


Me ha gustado mucho Alberto, la verdad es que no sabía
que era tan excitante el sexo oral, todas esas chicas haciéndolo y yo sin
probarlo, nunca...


No me refería a la película, sino a mi cuerpo, te ha
gustado?


Ufff, si, ya lo creo, eres muy guapo y tienes un cuerpo
precioso, lo que pasa es que yo no tengo buen cuerpo, soy fea y gordita, y
esas chicas son perfectas


No mentira tú no eres fea, en todo caso no te arreglas
mucho, pero no eres fea, además el sexo no entiende de gustos, sólo de
excitaciones.


Y yo no te excito claro, quién va a querer mirar para mí,
si no valgo nada como mujer.


Mentira, mira cómo me has puesto sólo con meterme en la
cama contigo, (en ese momento levantó la sábana y vi asombrada una polla
enorme, el doble de la que yo conocía, en serio, más tarde la medí y es de
19 cm, permanecí asustada, y sin saber qué decir)


Dios mío¡ Alberto, estoy asustada. Jamás pensé que un
chico como tú pudiese tener algo así, y mucho menos que yo pudiese hacer que
se te pusiese así, es que dios...




En ese momento, me tapó la boca con la suya y se entregó a un
beso que apenas supe corresponder por mi poquísima experiencia en ese tipo de
besos. Asustada me dejé llevar, y sus manos empezaron a tocar mi cuerpo, mis
tetas, y bajó hasta mi coño. Casi le muerdo cuando me tocó el clítoris, estaba
tan excitada y mareada que casi me desmayo.


Seguidamente, Alberto comenzó a besarme los pechos y a
chuparlos con fruicción, mi excitación era increíble; cuando ya hubo chupado
todo lo que le apeteció mis tetas (algo caídas), siguió bajando muy despacio por
mi barriga y mi vientre, dándome besitos que a mi me hacían temblar de
maravillosas cosquillas.


Puso su mano una vez más sobre mi coño, estaba tan mojado
como nunca, era un mar de flujo, que aprovechó para ir introduciendo un dedo
dentro, cosa que me volvió loca de placer. Siguió bajando su cabeza hasta llegar
al pelo púbico, donde se entretuvo a enredar su lengua y a desesperarme con su
tacto en mi púbis.


Pasado un ratito, siguió lamiéndome y besándome por la parte
interior de mis piernas, al lado de mi coño, y se incorporó para situarse
completamente entre mis piernas. Acercó su boca a mis piernas, continuó con la
lamida púbica, y acercándose a mi coñito... me tocó el clítoris con su lengua y
comenzó a lamerlo dulcemente, diosss¡¡¡. Empecé a temblar y a desvanecerme, y en
ese preciso momento tuve EL PRIMER ORGASMO DE MI VIDA. Era lo mejor del mundo,
me corrí tanto que pensé que me estaba meando, y mientras mi ángel, seguía
lamiendo muy suave mi botón para prolongar mi orgasmo, mientras trataba de beber
todo mi flujo caliente. Mis espasmos se alargaron durante casi tres minutos y él
no dejaba de lamerme y chuparme para conseguirme más placer, así hasta que noté
que me hacían daño las cosquillas y él se detuvo. Me dio la vuelta, y me abrazó
por la espalda. Si existe el cielo, yo ya estuve en él.


Yo no sabía qué hacer, tenía ganas de besarlo, de chuparlo...
de hacerle todo, pero no me atrevía a decírselo, no sé por qué. El caso es que
me dí la vuelta y lo besé con locura, acariciándole todo el cuerpo, y entonces
noté cómo su polla estaba completamente dura. Me miró a los ojos y me dijo:




¿Has disfrutado de verdad?


Dios mío, Alberto, me he muerto y he vuelto a la vida,
jamás pensé que esto pudiese sentirlo yo. Es lo más placentero que recibí en
mi vida...


Pues si quieres yo te puedo ayudar a conseguir ese placer
todas las veces que quieras, mi polla y mi lengua están dispuestas para ti,
siempre que mis estudios me lo permirtan, claro.


Por favor, no me digas eso que me estoy poniendo muy
caliente, y tú también. Me dejarías intentar darte el mismo placer?.


Claro, por supuesto, además es probable que consigas
excitarte tanto sólo con hacérmelo a mí. Bueno, pero ya sabes que si me lo
haces deberás hacerlo como yo te diga, si no es preferible dejarlo así...


No por favor Alberto, necesito chuparte la polla y
beberme toda tu leche, lo haré como tú me digas; quiero hacerlo mejor que
las de la película, es lo que más deseo en el mundo, en serio¡.


Está bien, entonces agáchate hasta mi polla y comienza a
darme una mamada lenta, sin prisas.




En ese momento bajé hasta su polla y comencé a chuparla con
instinto natural, como si siempre lo hubiese hecho. Alberto permanecía inmóvil,
y tan sólo se balanceaba un poquito, como follándome la boca muy dulcemente,
mientras yo le chupaba esa preciosa polla como si fuese un biberón, (MI BIBERÓN)
para extraer toda su divina leche que me hacía estar cada vez más al borde del
orgasmo.


Así estuvimos durante unos 20 minutos maravillosos, en los
cuales yo comenzaba a emitir flujos y gemiditos cada vez más excitada y Alberto
no dejaba de acariciar mi pelo, mi cara, mi espalda y mis brazos; me llevaba con
su mano, las mías alrededor de su polla para pajearlo suavemente, mientras no
dejaba de chupar todo su capullo.


Con sus ojos cerrados comenzó a respirar más de prisa, y
entonces me separó su polla de la boca, me miró y me dijo:




Ana me has hecho hervir la leche, ya estoy preparado para
correrme. Hoy vas a probar mi leche, "tu primera leche". Dime, cómo la
quieres.


Ay dios, mi vida, me muero por probarla, estoy a punto de
volverme a correr, pero no se a qué te refieres.


Digo que cómo te la quieres tomar. A ver, ven. Ponte de
rodillas.




Alberto me puso de rodillas en la alfombra y se colocó de pié
meneando suavemente su polla.




A ver mira, me puedo pajear un rato hasta que sienta que
me viene, entonces tú levantas un poquito la cabeza (me cogió con su mano
izquierda la barbilla y me levantó la cara hacia su polla), y abres la
boquita (apretó con dos dedos las comisuras de mi boca, quedando
completamente abierta), y sacas un poquito la lengua, entonces me termino de
pajear (acercó la punta de su polla a mi boca mientras yo observaba el
movimiento frenético de su mano y de sus güevos), y te echo mi lechita
dentro, apuntando bien para que no se pierda ninguna, y la puedas saborear a
tu antojo.



O así, nos acostamos de lado en la cama, uno enfrente del
otro, y tu bajas hasta mi polla, te la metes en la boca, y cuando me corra
chupas como si fuera un biberón lleno de leche.


Dime, ¿cómo prefieres?.



Ay¡, no se Alberto, las dos me parecen muy excitantes,
pero prefiero que digas tú, la que más te guste, estoy tan excitada, dios¡


A ver, dime cómo te gustaría más.


Ay, no se, creo que me gustaría más que me la dieras en
la cama, dentro de mi boca, pero no se, me da igual, la que tú prefieras, en
serio.


Bueno, pues al ser la primera vez te la voy a dar así,
pero es muy importante que me escuches bien, ven métete en la cama. Bien,
ahora te la vas a meter en la boca y vas a seguir chupando como hasta ahora,
y cuando yo te diga me voy a correr; entonces es muy importante que no te
muevas, si no siento molestias en mi orgasmo, tú sólo deja que me vaya.



Puedes chuparme como si fuera un biberón, e intenta que
cada chupada tuya se acompase con un chorro de mi leche, aunque esto te
llevará algún tiempo aprenderlo bien. Lo que es muy importante y no debes
olvidar es que no debes mover tu cabeza, sólo deja que fluya mi corrida.
Cuando haya terminado permanece así hasta que terminen mis espasmos y te diga
que puedes sacarte mi polla de la boca. ¿Has entendido todo?.



Si Alberto, te haré todo como me lo pides, madre mía¡
estoy que me muero de excitación.




Así fue, volví a bajar hasta su polla y me la metí en la
boca, yo estaba babeando, con los ojos cerrados y apenas sin fuerzas para
chuparlo bien pues estaba a punto de correrme. Alberto puso su mano derecha
debajo de mi barbilla, y su mano izquierda por detrás de mi cabeza, haciendo una
ligera presión. A partir de ahí todo fue placer. Alberto me susurró:
"Ani......me corrooo..." y justo cuando empezó a darme su leche comencé a
chuparlo más fuerte y a bebérmelo como una loca, tan loca que la sensación de
tragarme su leche me hizo volve a correrme, pero esta vez con muchísimo más
placer que antes, sentía latir con fuerza mi clítoris, y la corrida fue tan
intensa que casi me desmayo.


Alberto continuó con sus espasmos durante unos minutos, y
tanto él como yo nos quedamos dormidos. A la hora me desperté con los gemidos de
una de las chicas de la película que estábamos viendo. Me volví a poner a mil y
volví a meterme la polla de Alberto en la boca, la empecé a chupar y otra vez se
puso enorme. Al rato se despertó mi ángel, y sólo me dijo: "oooh... mi niña...".
Siguió como estaba hasta que volvió a correrse en mi boca y yo conseguí otro
orgasmo bestial cuando estalló el lecherazo en mi boca.


He de reconocer que al principio me resultó un poco raro su
sabor, pues es algo salado, un algo dulce, y un poco amargo, pero es ese dulce
amargor el que me excita sobre manera, pues no hay ningún sabor parecido en el
mundo. También me llamó mucho la atención que fuera denso, pues pensaba que era
como la leche. Al igual que que sea pegajoso, ummm¡¡, es increíble, porque al
rato de tomarlo todavía sientes ese sabor a naturaleza en tu boca. Algo de lo
que más me gusta es que esté calentito, porque al sentirlo así en mi boca y en
mi garganta me da un placer que junto a su sabor, hacen que siempre tenga un
orgasmo bestial con esa sensación tan erótica.


Su leche me hace feliz, y no es algo que yo me invente, pues
hay muchas investigaciones científicas que avalan lo que digo, la última es un
estudio publicado en New Scientist (en su edición Norteamericana del 26 de Junio
de 2002), (la revista científica más prestigiosa del mundo y de obligada
publicación de cualquier investigación con resultados terapéuticos demostrados),
ha demostrado que las mujeres que ingerimos semen masculino, no sufrimos
depresiones y estamos de mejor humor.


La explicación estaría en determinadas sustancias en el semen
(hormonas como la testosterona y diversos estrógenos) que se sabe son capaces de
actuar sobre el estado de ánimo femenino, por absorción del aparato digestivo.
Los investigadores afirman enfáticamente haber descartado cualquier otra
alternativa, que no sea la de la absorción del semen por el cuerpo.


Las "proteínas fibrosas" del semen, ayudan a adelgazar, a
reducir las "pistoleras" de las caderas, la "piel de melocotón" y casi todo tipo
de celulitis, diluyendo los lípidos de la grasa, y expulsándolos por el aparato
excretor. Los Laboratorios Farmacéuticos suelen tratar de silenciar sus
beneficios terapéuticos, (como p.ej. las propiedades anticancerígenas del semen,
las propiedades que reducen los niveles de colesterol dañino para el organismo
femenino, o las hidratantes epidérmicas del flujo vaginal), debido al montón de
dinero que les supone la venta de anticelulíticos, adelgazantes, terapias contra
el cáncer, y productos para el cútis y la piel. Los efectos contra la "piel de
melocotón", de reducción de colesterol, anticelulíticos, y sobre todo, los del
buen humor los he comprobado yo misma, y puedo asegurar que son increíbles. Es
que no los creería de no haberlo vivido, en serio.


La investigación y demostración biológica fue llevada a cabo
por el Doctor Gordon Gallup de la Universidad de Nueva York.


El caso es que después de ese día, seguimos disfrutando el
uno del otro, y gracias a él he descubierto lo maravilloso que puede ser el
sexo. Me he vuelto adicta al sexo oral, y tanto él como yo tenemos unos orgasmos
fuertísimos y muy placenteros. A mí me encanta dormirlo por las tardes con una
buena mamada, y de la gran excitación, siempre que recibo su explosión
templadita en mi boca, yo también me corro y nos quedamos los dos dormiditos un
par de horas, momento en el que volvemos a iniciar nuestras relaciones. También
hemos follado varias veces, y aunque nunca lo hemos hecho por "detrás", yo
fantaseo muchas veces con ello, y creo que pronto lo conseguiré, (aunque me da
miedo porque como ya dije, su polla es grande y muy gorda). De todas formas, lo
que más me gusta sin comparación, sigue siendo el sexo oral, porque siempre que
se corre, me produce los orgasmos más fuertes, y me muero cada noche y cada día
pensando en el momento de hacer realidad mi pasión.


Mi vida cambió de la oscuridad a la felicidad casi absoluta.
Digo casi porque todavía tengo que aguantar al esposo que me tocó, pero él nunca
ha sospechado nada, incluso casi no se dio cuenta de que adelgacé 14 kilos y me
puse más guapa, y más contenta, aunque sigo fingiendo para que no se note
demasiado.


Si alguna mujer se encuentra en mi antigua situación, la
animo para que se lance e intente conseguir lo que nunca tuvo. Si tenéis alguna
pregunta, cuestión o proposición que hacer, no dudéis en escribir a mi amado
Alberto a la dirección:
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO, pues yo no tengo ordenador, ni se nada de
informática, además que él es el que tiene la información de primera mano.
También os puede mandar fotos para que veáis qué es lo que me hace tan feliz
(conmigo incluída, pero retocada la foto, claro), e incluso organizar un
encuentro para que probéis.
Cuba Date: Oct 28th @ 5:30pm EDT
Para las vacaciones planificamos junto a una amiga, darnos
unas ricas vacaciones viajando a Cuba. Sabíamos que ese país presentaba
situaciones inmejorables tanto turísticas como económicas, para pasarla "a todo
trapo", ya que algunas buenas amigas mías me habían contado los placeres que se
habían dado en la isla, donde todo parece funcionar en torno a la sensualidad.


En ese momento tenia 34 años, mis cabellos eran cortos, mis
pechos aunque pequeños son atractivos y mi trasero se mantiene aún duro,
empinado y atrayente.


Sinceramente no hice mas que bajar en el aeropuerto y mi
concha comenzó a vibrar, es que todo en ese lugar llama al sexo. Desde la
primera noche que llegamos, ambas comenzamos a darle gusto a nuestro libido, ya
que esa misma noche me entregue por entera aun brioso italiano que me la metió
hasta por las orejas. A mi amiga no le fue mejor, "o peor", ya que el español
que se la zumbo la dejo con una sonrisa que no se le borro en todo el día.


A la noche siguiente volví a disfrutar de las técnicas
sexuales de ese maravilloso italiano cuarentón, pero que tenia la energía de un
adolescente. Lamentablemente al otro día muy temprano en la mañana tuvimos que
despedirnos porque él regresaba a su país.


Para fortuna de mi amiga, su español aún permanecería en la
isla durante otros dos días, por supuesto que esos días se lo pasaron encerrados
en la habitación "dándole como caja al asunto". Pero yo en la tercera noche me
encontraba sola, triste y abandonada, y mientras cenaba recordaba a mi
maravilloso amante europeo.


Esa noche fui hasta la playa del hotel, donde se celebraba
una fiesta nocturna al aire libre. Ahí pude comprobar en vivo y en directo, lo
atractivos y sensuales que son los cubanos, sus cuerpos en movimientos
cadenciosos y brillantes por el sudor, eran una verdadera invitación al placer.


Habían muchos tipos varios de ellos muy atractivos, pero mis
ojos se fijaron especialmente en negro de rasgos tipo mulato, que lo hacían
lucir especialmente sensual. Además y para ser sincera, el volumen que guardaba
en su entrepierna, era notoriamente impresionante.


Como todas las mujeres, yo había fantaseado hasta el
cansancio con tener sexo con un negro, ya que todo el mundo hablaba de lo bien
dotado que son los hombres de esa raza, era una de las fantasias más recurrentes
mientras planificaba el viaje. A mí me fascina chupar y lamer hasta el cansancio
un rico miembro, sobre todo si es enorme, grueso y cabezudo. Los hombres dotados
de penes grandes, me fascinan, sobre todo me encantan los muy miembros muy
gruesos. Aunque estoy convencida que el tamaño solo esta relacionado con el
morbo y no con el placer. La verdad que ambas cosas juntas son dinamita para mí.


Le hice sentir mi agrado por él, con provocativos gestos y
miradas sensuales. No paso mucho tiempo hasta que él estuvo sentado a mi lado.
Como todos los cubanos, Pepe era muy alegre, divertido y liberal, pero por sobre
todo muy sensual. Después de conversar y coquetear largo rato, fue él el que
rompió el hielo diciéndome francamente:


-¡Mira cariño, por un regalo o una atención, puedo hacerte
todo lo que quieras!


La frase fue mágica, mi cabeza se lleno de fantasías. No
podía apartar de mí, la idea de tener esa noche un esclavo sexual y para colmo
era un "negro", tal como deben ser los esclavos.


Siguiendo el hilo de mis fantasías le respondí:


-¿Y de que tipo de regalo, estamos hablando?


En sonrío y muy suelto me contesto:


-¡Mira chica, con US$20, yo mismo me compro el regalo que
necesito!


No lo podía creer, por apenas US$20, podía hacer realidad,
todas mis fantasías con un recio macho negro. Intentando controlar mi lujuriosa
sonrisa, le dije:


-¡Bueno, acompáñame a mi habitación a buscar tu regalo!


El me explico, que no podía subir junto conmigo, pero que si
le daba el N° de mi habitación, él muy pronto se reuniría conmigo.


Apenas entre a mi habitación, mi entrepierna se encontraba
tan excitada, que mis bragas recogieron todas las húmedas pruebas de mi
calentura. Decidí darme una ducha y prepararme para recibir a "mi negro".


No había alcanzado a vestirme, cuando sentí que llamaban a la
puerta. Apenas abrí lo encontré ahí frente a mí. Me quedo mirando y me dijo:


-¡Por lo que veo chica, ya adelantaste trabajo!


Avanzo hacia mí, cerrando la puerta de la habitación y me
abrazo besándome en los labios. Comenzamos a darnos una rica agarrada, me tenia
atrapada entre sus brazos, mientras con sus manos recorría mis intimidades
lascivamente.


Todo comenzó a hacerse muy vertiginoso, en medio de los besos
y caricias él se fue desprendiendo rápidamente de sus ropas. Me hallaba de pie,
desnuda, frente a mi se encontraba el hermoso cuerpo casi desnudo de ese hermoso
hombre negro. Su miembro estaba absolutamente erecto, apuntando amenazante hacia
mí, me impresiono su tamaño y grosor, pero por sobre todo me excitaba el color
de su verga, el tronco era muy negro y la cabezota relucía en un intenso color
púrpura. Era el primer


pene de un negro, que yo veía en vivo y en directo, y sin
duda tanto su tamaño como su forma y color me excitaba.


El se agarro el miembro con una mano y comenzó a
refregársela, eso fue demasiado para mí y me acerque inclinándome hacia su
miembro, lo tenia muy grueso y largo. Y un extraño olor a macho emanaba de el.
Se la aferré con mi mano y sentí su calor y textura, fue tan divina la sensación
que me pareció casi como si por primera vez en mi vida agarraba un pene
masculino.


Me arrodille ante él y me la metí en la boca. Increíblemente
su aparato reacciono, creciendo aún más entre mis labios y comencé a sofocarme
en mi intento de absórbela lo máximo posible. Súbitamente fui atraída hacia esa
estaca de ébano, obligándome a tragármela, casi hasta embutirla en mi garganta,
Me la saque de la boca, bastante molesta y le dije:


-¡Tranquilo tesoro, tienes que hacerlo a mi manera!


Yo pensaba que por el hecho de pagarle, era yo quien debía
manejar la situación, pero me equivoque rotundamente, ya que en ese mismo
instante él me agarro de los brazos levantándome casi en vilo y me dijo:


-¡Mira putita blanca, yo sé lo que les gusta a las perras
como tu!


Acto seguido me lanzo sobre la cama y se me echo encima, al
instante me sentí ensartada por ese poderoso miembro, sin darme tiempo casi ni a
respirar, me la metió entera de un solo envión, machacándome el útero. Su
reacción animal me sorprendió, pero a la vez me calentó al máximo, era casi como
una violación, fantasía largamente añorada por mí, a pesar que yo misma había
contratado sus servicios.


El seguía enterrándome su oscuro falo sin cesar, totalmente
ajeno a mis sensaciones, mientras me decía:


-¡Te gusta blanquita, lo que te hace sentir mi verga!


-¡Seguro que nunca habías sentido algo tan rico en tu concha
de puta!


La verdad no sé si era su inmenso miembro el que me hacia
gozar tanto, o era la manera como él me trataba, de verdad es que yo en ese
instante era su puta. El me cabalgaba con briosas embestidas, metiendo su
miembro gasta el fondo, para luego retirarlo casi hasta sacármelo de la concha,
para volver a embutírmelo hasta los huevos. Mi única reacción fue cooperar
enlazando mis piernas a su cintura estrecha, firme y musculosa.


Cuando ya me preparaba para soltarle mis jugos en una
exquisita corrida, él de pronto interrumpió la cacha, desenvainándome el negro y
brillante miembro. Me agarro con sus manos y me giro en la cama, acomodándome a
lo perrito. El negrazo con su mano guío el terrible falo a mi dilatada concha y
me la enterró de un fuerte empeñon. Mis rodillas flaquearon y comenzaron a ceder
a cada embestida, pero el negro no cesaba en sus profundas penetradas. Hacia
mucho tiempo que una pichula no me hacia sentir lo que en ese momento estaba
sintiendo, mientras él me desfondaba, entrando y saliendo en rápido y sostenido
vaivén dentro de mi concha con increíble dureza y potencia.


Gocé con ese inmenso miembro hasta que sin poder soportar más
el exquisito martirio comencé a correme como una loca, en medio de histéricos
gritos y jadeos. En ese momento y para mi sorpresa, el negro me saco su verga de
la concha y tomándome de los cabellos condujo mi boca hacia su oscuro aparato,
casi al instante comenzó a explotar en sucesivas descargas sobre mi rostro,
intentando apuntar los sucesivos chorros de moco a mi garganta.


Mi boca, lengua, garganta y todo mi rostro fueron recibiendo
uno a uno los potentes chorros de su blanquecino semen, que saltaban sin cesar
sobre mí. En un acto de suprema lujuria le agarre el miembro con mi mano y
mientras se lo refregaba, me metí todo el glande entre los labios u chupe de
manera frenética, igual que una tragona enamorada de aquel inmenso y azabache
miembro. Y ya no me detuve hasta que por mi garganta corrían sin cesar los
flujos de sus oscuros testículos.


Cuando el negro ceso de eyacular, con mis manos comencé a
esparcir por mi cara, mis tetas, mis brazos todo el abundante moco que
encontraba sobre mí, quede totalmente encremada con su esperma. El me miraba con
una expresión da lascivia incontenible, mientras me decía:


-¡Yo sabia que eras muy puta!


-¡Y te voy a dar lo que mereces perra!


Recién en ese momento caí en cuenta que a pesar de la
terrible chorreada que me había pegado, su miembro seguía totalmente enhiesto.
Sobre la púrpura cabezota y el negro tronco de su verga, aún chorreaban restos
de esperma mezclados con mi saliva, pero lo que más me sorprendió fue la mirada
lujuriosa que sus profundos ojos de daban.


Acerco su rostro al mío y su lengua intruseo mi boca,
recogiendo los restos de moco que aún existían allí, enseguida comenzó a chupar
mis tetas, humedeciendo mis pezones y liberando un consistente olor a semen. La
visión de su oscuro rostro, contrastando con la blancura de mis senos me provoco
una irrefrenable y morbosa excitación. Mis pezones al contacto con sus gruesos
labios, adquirieron una gran elevación y dureza; a la vez el negro manoseaba con
sus dedos mis entradas sexuales, enbadurnardolos con mis espesos y abundantes
jugos vaginales.


Entreabrí mis piernas, para permitirle que sus dedos me
intrusearan aún más profundamente, él no tuvo reparos en avanzar y en un
instante me tenia clavados dos de sus gruesos y negros dedos en la concha, en
tanto por el culo me penetraba con un dedo de su otra mano, refregándomelos
deliciosamente. En ese momento yo tenia verdaderamente encharcada mi golosa
concha.


Aquel hirviente juego se prolongo por espacio de largos
minutos. Cuando a él le pareció que ya me había intruseado lo suficiente mis
entradas, se acomodo arrodillado entre mis muslos y comenzó a refregarme la dura
protuberancia de su glande, justo a la entrada de mi vulva, me froto
deliciosamente mi gruta, mientras por momentos daba algunos pequeños enviones
había adelante insertando toda la cabezota de su aparato en mi concha, enseguida
me lo extraía y lo cargaba sobre mi clítoris con movimientos del coito.


Aquello le dio el resultado que deseaba haciéndome aullar de
placer, en ese instante dirigió su potente verga hacia direcciones más
recónditas, colocándomelo justo sobre mi ano que palpitaba bajo mi chorreante
vulva. Era obvio lo que él deseaba hacer, y ¿Quien era yo para impedírselo?.


El tomó mis piernas y las acomodo sobre sus firmes y fuertes
hombros, dejando mi culo totalmente expuesto y en posición. Acomodo con la mano
el brillante glande, justo sobre mi arrugado agujero y comenzó a golpetearlo en
un rítmico y lascivo movimiento.


En mi cabeza fluían ardientes y desafiantes pensamientos,
"dale no más que te lo voy a aguantar entero por el culo". Sin despreocuparse de
sus preparativos, me miro y me dijo:


-¡Te la voy a clavar hasta llenarte el estomago!


-¡Te voy a pegar la follada, que andas buscando desde que te
parieron!


Espere aguantando mis temores. Algo me decía que solo debía
dejarlo hacer sin resistirme a lo inevitable. Me agarro por la cintura, y encajo
su bestial miembro justo en mi abertura anal. Yo solo estaba a la expectativa.
Sentirlo en mi portón anal empujando con fuerza, me causo una serie de
escalofríos. Cerré los ojos y espere el ataque decisivo, intentando prepararme
para resistir aquellas terribles embestidas, que buscaban encajar el oscuro
glande en mi ojete anal.


Entonces dirigió su ataque ajusto al medio de mi trasero.
Empezó poco a poco a introducirme el aparato entre mis nalgas, mientras sonreía
con una lujuriosa expresión en su rostro. Finalmente separo mis nalgas con sus
manos y me penetro el culo por completo con aquel terrible aparato, con
vehemencia introdujo la totalidad de su estaca entre los pliegues de mi orificio
trasero.


Comenzó a darse el gusto, empujando decididamente y
proporcionándome una entrada a fondo. Solté un irreprimible quejido y mis nalgas
se tensaron en un vano intento por ofrecer resistencia al voluminoso invasor,
pero lo único que logre al apretar mis glúteos, fue aumentar el placer que él
sintió, pues la sodomitica unión se hizo aun más estrecha. El desgraciado
totalmente ajeno al dolor que me pudiera provocar sus clavadas comenzó a bombear
en mi culo, intentando profundizar en mi recto en cada embestida.


El negro se sentía feliz y lo reflejaba en su rostro, era
obvio que estaba gozando a mares mientras su terrible aparato incursionaba en
las profundidades de mi trasero. Mientras él intentaba profundizar en mi recto,
me decía:


-¡Tengo que reconocer que tienes un culito delicioso!


-¡Me quema la verga y me la estruja!


-¡Tienes las carnes deliciosas y tu culito se ajusta a mi
verga como un guante!


El temible aparato siguió taladrandome el culo, entrando un
poco más cada vez y deslizándose en mi estrecha cueva, que cedía al paso de tan
impetuoso visitante. Pasada la primera impresión, comencé a cooperar moviendo lo
que podía mis caderas, mientras él seguía embistiendo con fuerza, mientras me
decía:


-¡Eso es putita blanca, muéveme el culo para que te folle
como se debe!


-¡Te lo voy a enterrar hasta sacártelo por la garganta!


No puedo explicar como, pero la verdad es que de pronto
comencé a estremecerme en un infinito orgasmo. Me tensé de una manera
incontrolable, intente olvidar las molestias que aún quemaban mi ano y me
consumí en un terrible clímax. Mi cuerpo se curvo hacia el negro permitiendo que
su estaca profundizara aún más en mi recto, en un gesto que parecía que deseaba
fundirme con él.


Cuando él percibió que yo me estaba corriendo, me siguió
embistiendo el culo mientras comentaba:


-¡Te estas meando de gustito putita rica!


-¡Ah, como me la aprietas!


-¡Eres una puta muy folladora!


Sus penetraciones se hicieron más lentas pero mucho más
profundas, cargando hasta el fondo; el negro sudaba a raudales, goteaba como una
regadera bañando mis tetas y mi pelvis con su transpiración. Era un polvo
realmente salvaje, animal, en donde yo lo único que tenia que hacer era soportar
sus apasionadas arremetidas, que golpeaban con fuerza mis nalgas, haciendo
estremecer mis intestinos.


Desde mi posición podía apreciar, como me lo metía dejando
apenas sus huevos afuera, me costaba aceptar que ese tremendo aparato sexual se
pudiera enterrar en toda su extensión en mi agujero trasero, pero la realidad de
lo que veía, era que eso era cierto.


A esas alturas el culo me ardía terriblemente, pero a la vez
me sentía como hechizada por la lujuria de ese macho de ébano que me estaba
dando con toda su pasión. Todo mi pelo pubico se hallaba mojado de caldos
eróticos, y mi abertura vaginal rezumaba de manera increíble, haciendo deslizar
por entre mis inflamados labios vaginales un constante hilillo de jugos.


Sus vaivenes anales eran cada vez más contundentes, en tanto
sus manos se aferraban a mis esponjosas tetas, arremetiendo sin cesar en mi
culo. En los pocos segundos y aunque parezca increíble, mi lujuria se apodero de
mí, mientras sentía un masoquista placer, muy pronto otra vez mi clímax me
consumió y me corrí febrilmente en un segundo orgasmo, que me hizo gritar,
gemir, putear y revolcarme totalmente fuera de si.


Justo en ese momento, sentí que el negro empujaba todo su
terrible miembro en mi culo y lo revolcaba en mis entrañas, mientras comenzaba a
correrse. Pude sentir nítidamente como mis intestinos recibían sucesivas
erupciones de semen, que me inundaban entera por dentro.


Se refregó dentro de mi ano, hasta que vació todo el espeso
contenido de sus testículos, hasta la ultima gota, solo entonces, me lo saco del
culo. Con aire satisfecho me quedo mirando y me dijo:


-¡Estas muy deliciosa chica!


-¡Me encantaría quedarme para gozarte otro poco, pero
lamentablemente no puedo!


Se dirigió al baño y mientras yo intentaba recuperarme,
todavía tirada sobre la cama, sentí como el se duchaba. En seguida salió
radiante del baño comenzó a vestirse y mientras conversaba animadamente, de
pronto me dijo:


-¡Tienes a la mano mi regalo!


De verdad que me sentí mal, pero no me quedo más alternativa
que ir a buscar mi cartera y sacar los US$20, acordados, se los entregue y él
mientras los recibía me dio unos cuantos manoseos a las nalgas y me dijo:


-¡Cuándo quieras más candela ya sabes donde encontrarme!


Me beso otro par de veces y salió tan alegre como había
llegado.
El Visitante Date: Oct 28th @ 5:28pm EDT
Mi mujer recibió el llamado telefónico de una amiga de sus
años escolares la cuál por azares del destino se fue a vivir a la ciudad de
Paraguay lugar donde tuvo un hijo el cuál tiene ahora 20 años, nos pidió a mi
mujer y a mí si podíamos recibirlo en casa durante el verano ella deseaba que el
se distrajera y se motivara de alguna forma.


El punto principal es que a ella le preocupa su extrema
timidez y poca habilidad para relacionarse con las personas de hecho le
preocupaba que acaso su hijo fuera gay pues en esos 20 años no le había conocido
ninguna novia, por ese motivo era la burla de sus compañeros, el único interés
que manifestaba abiertamente era por el fútbol el cuál jugaba muy bien.


Yo le comenté que eso no me parecía ningún problema que tan
pronto como llegara lo llevaría a un Table Dance y que se contactara con
muchachas fáciles y de inmediato sabría se era gay o no.


Nos comentó que eso ya lo había hecho un compañero de su
oficina (ella era madre soltera) y el muchacho lo había mandado mucho a la
chingada y a ella le dejó de hablar por un mes de manera que tendríamos que ser
más sutiles o pasaría lo mismo.


Mira tu envíalo hacia acá le dijo mi esposa además si acaso
es gay eso no debe angustiarte no es ninguna enfermedad ni esta tarado ni mucho
menos puede llevar una vida normal como cualquiera de nosotros.




El caso es que semanas después recibimos al muchacho por
principio de cuentas le dije a mi mujer no se ve afeminado ni mucho menos, era
alto de piel blanca y bien parecido de manera que no debiera ser difícil que
llamara la atención de las mujeres, pero en fin teníamos una tarea asignada por
parte de su madre de manera que lo primero que se nos ocurrió fue presentarle a
la hija de nuestra vecina una muchacha de su edad bonita y agradable, el se
mostró sumamente tímido y apenas cruzaba palabra se notaba lo difícil que le
resultaba entablar una conversación.


Así continuó su comportamiento para con la muchacha hasta que
ella se aburrió y dejó de buscarlo.


Lo único que el hacia era salir a jugar fútbol desde temprano
al parque ubicado frente a nuestra casa.


Algunos días después nos llamó de nuevo su madre para saber
de él y de que opinión teníamos sobre su gusto o no por las mujeres.


Le comento mi mujer sobre la vecina y naturalmente se
decepcionó mucho y casi llora al decirnos que iba a ser la burla de su comunidad
y que le sería muy difícil salir adelante si acaso era gay sobre todo porque el
muchacho tenía el interés de ser jugador profesional.


Mi mujer trató de consolarla y dijo que a esas alturas no
podíamos afirmar nada que nos diera tiempo para ver que sucedía después. Colgó
el teléfono y mi mujer muy pensativa me dijo tenemos que ser más radicales para
saber de una vez por todas si le gustan las mujeres o no, de manera que tengo un
plan pero necesito de tu apoyo y comprensión para que resulte -que es lo que
tienes en mente le pregunté- Voy a dejarme ver desnuda o semidesnuda ante el de
manera que parezca accidental como que no me doy cuenta y observar sus
reacciones y claro tu no tienes que ponerte celoso y además estar cerca de él
para que veas como reacciona.


Yo lo pensé por un rato y estuve de acuerdo después de todo
había una posibilidad de que no le gustaran las mujeres y yo no debía
preocuparme. -Muy bien hagámoslo haber que resulta-


Esa misma tarde mi esposa se puso una minifalda entallada de
color beige sumamente corta y unas pantimedias transparentes italianas que le
hacen lucir sus piernas increíblemente, como remate traía una tanga de color
miel semitransparente de manera que era como estar desnuda


Ismael (que así se llama el muchacho) había estado jugando al
fútbol con otro muchacho como siempre.


Mi mujer se fue a nuestra habitación a ver la televisión y yo
me quedé en el estudio en la computadora, de pronto Ismael desde el jardín en la
planta baja me preguntó si su balón de fútbol estaba arriba, le dije que
esperara lo iba a buscar, el balón estaba en la habitación de mi mujer y ella
comenzaba a quedarse dormida.


Le respondí que no lo encontré y así tuvo que subir a
buscarlo yo me quedé en el estudio, Ismael entró en la recámara de mi mujer
quien fingía estar dormida boca abajo se había levantado la minifalda casi hasta
la cintura para poder flexionar la pierna derecha se veía sus nalgotas realmente
apetecibles, yo me incorporé para tratar de ver a Ismael pero el se fue al otro
extremo de la habitación y no pude verlo, se tardó solo un momento en tomar la
pelota y salió de ahí como si nada. (Por poco y me descubre asomado a la
habitación)


Cuando el se fue me acerqué a mi mujer quién me dijo que se
saliól muy rápido pues apenas iba a darse un giro para que la viera de frente
cuando salió.


Yo empezaba a tener mis dudas teníamos que hacer mas
intentos.


En otra ocasión Ismael se encontraba en el estudio jugando
con la computadora mi mujer y yo estábamos en nuestra habitación, ella se
probaba unos vestidos que recién le compré, de pronto sonó el teléfono en el
estudio e Ismael nos dijo que la llamada era para ella caminó hacia el estudio a
contestar y procuró dejarse levantado el vestido en la parte de atrás los sujetó
con las pantimedias y se le veían sus nalgas carnosas y redondas entró al
estudio dándole la espalda (o las nalgas) a Ismael y empezó a hablar, tomo una
pluma para anotar una dirección y se le cayó por debajo del escritorio fue
entonces que le dijo a Ismael si se la alcanzaba, ella vio como el le dirigía
una mirada hacia su culo de manera disimulada y se acercó agachándose para
levantar


La pluma en ese momento mi mujer se giro sin dejar de hablar
por teléfono, de manera que cuando Ismael se saliera por debajo del escritorio
le quedaran las nalgas a la altura de la cara y esto fue exactamente lo que
sucedió.


Por fin colgó y camino de regreso a nuestra habitación. Que
pasó -le pregunté-, pues mira parece ponerse nervioso y cuando menos no hace el
intento por decirme que tengo el vestido alzado o algo así de manera que tal vez
se inhibe porque sabe que tu estas por ahí cerca lo que se me ocurre es que te
retires por algunos momentos o que el piense que no estás y así tal vez sea
menos tímido y pueda darme cuenta si se excita o no conmigo.


Cambiamos la estrategia y entonces mi mujer me pidió que le
subiera una escalera del cuarto de servicio porque iba a sacar unas maletas de
la parte mas alta del closet, así lo hice ella se subió y debo recordarles que
traía su minifalda color crema de manera que una vez hasta arriba la vista de
sus nalgas y sus muslos era en verdad irreal para poder asomarse al interior del
closet tenía que prácticamente meterse en él así que se levantó la faldita hasta
la mitad de las nalgas y se empino por completo. El teléfono sonó nuevamente y
esta vez era para mí me fui al estudio donde se encontraba Ismael después de
colgar el auricular, le dije que tenía que salir que por favor le ayudara a mi
mujer con las cosas que estaba sacando del closet que no me tardaría mucho,
empecé a bajar las escaleras y vi. cuando Ismael se incorporó para dirigirse a
la habitación donde estaba mi mujer , disimuladamente alcancé a ver como dirigía
su mirada hacia arriba y frente a el se encontraba el culo redondo y carnoso
mientras mi mujer fingiendo no ser vista movía las nalgas de un extremo al otro.
En fin me tuve que aguantar a seguir viendo y me fui de la casa, debo confesar
que sentí celos pues no es lo mismo que aquel muchacho observe semidesnuda a mi
mujer a dejarlos a ambos a solas y no tener certeza de lo que sería capaz.


Lo que sucedió me lo contó ella posteriormente.Empinada como
estaba hacia dentro del clóset sintió de pronto que la escalera donde ella
apoyaba la pierna izquierda se empezaba a deslizar y sintió que se caía pero un
par de manos grandes la sujetaron una sobre cada nalga deteniendo su caída de
pronto uno de sus dedos se metió por el culito justo en donde se ubica el
refuerzo de la pantimedia después conforme se deslizaba hacia abajo Ismael la
abrazó de la cintura poniendo las manos sobre su pubis hasta depositarla con
suavidad en el suelo. Mi mujer se quejó adolorida de una pierna y un brazo
Ismael la cargo en vilo y la dejo sobre la cama, ella aún tenia la faldita hasta
arriba mostrando el triangulito del pubis apenas cubierto por la tanga, Ismael
le comento que tal vez era un calambre y la podía ayudar pues cuando juega al
fútbol sucede con frecuencia, esta bien me alegra que sepas como hacerlo le
contesto ella.


Bien donde te duele - le preguntó- en la pierna izquierda
desde la parte trasera del muslo hasta el principio de la nalga- de acuerdo
volteate boca abajo te voy a dar masaje, ella se volteó y le dijo necesito que
te quites las pantimedias para que te de calor al músculo con mayor facilidad,
pero no ves que también me duele el brazo derecho desde el codo hasta la muñeca,
me vas a tener que ayudar con eso, se giro para quedar de nuevo boca abajo con
las nalgotas expuestas frente a el, pasaron algunos segundos sin que Ismael
dijera nada, de seguro se desconcertó ante eso pero por fin reaccionó, Subió las
dos manos hasta el resorte de la pantimedia y comenzó a bajarlas con lentitud,
parece que esta vez lo estaba disfrutando, mi mujer levantó las nalgas para que
pudiera deslizarse la panty sin problemas así lo hizo hasta quitarlas por
completo comenzó entonces el masaje desde el muslo hasta cubrir las nalgas por
completo le pidió el que abriera mas las piernas y deslizó los dedos por dentro
hasta tocar el principio de su pubis, en ese punto parece que el se pasmó porque
no se movía pero tampoco quitaba las manos del culo, de manera que ella tomó la
iniciativa y levantando de nuevo las nalgas las puso en su cara y con una mano
se bajo la tanga tomo la mano derecha de el introdujo su dedo mayor en la vagina
con lentitud para que el sintiera por donde y como debía hacerlo.


El desconcierto de Ismael fue mayúsculo pero metía y sacaba
sus dedos de la vagina y comenzó a besarle las nalgas ella aún de espaldas le
tomo el pene y se lo empezó a apretar sintiendo como estaba erecto, apenas lo
contenía su pantalón, ella se volteo boca arriba y le acercó la cabeza a su
monte de Venus para que el empezara a besarlo o chuparlo según se atreviera,
apenas se aproximó Ismael le dijo puede llegar tu esposo de un momento a otro y
eso me pone muy nervioso.


-Esta bien- le contestó ella tienes razón el no debe
enterarse de esto de manera que te voy a pedir que me ayudes a vestirme, ni
tardo ni perezoso le subió la tanga y se la colocó de nuevo en su lugar le
acomodó como pudo las pantimedias pues por lo ajustadas fue mas difícil que
volvieran a su lugar por fin le bajó la minifalda hasta donde debía quedar y de
ese modo momentos después llegué yo.


Bueno después de todo averigûamos que si le gustaban las
mujeres el problema ahora es que como le diríamos a su madre la forma como lo
descubrimos.
Mi Ama Date: Oct 28th @ 5:25pm EDT
Vivo en Madrid y tengo pareja estable. Un día como otro
cualquiera volviendo del trabajo abrí la puerta de casa como de costumbre y
entre en ella, me puse cómodo de ropa, un pantalón corto ancho y una camiseta de
andar por casa, nada más cambiarme recordé que no había revisado el buzón del
correo así que aunque andaba ligero de ropa decidí salir rápidamente comprobar
el correo y entrar en casa. Antes de realizar la maniobra observé por la mirilla
para comprobar que no había nadie en el descansillo, una vez hecho esto abrí la
puerta y salí hacia el buzón de correo con las llaves en la mano, recogí la
correspondencia y me dirigí hacia mi casa cuando de repente se abrió la puerta
del vecino y me encontré con la cara sonriente de hasta entonces mi vecina
Raquel, ella abrió su puerta salió y cerro mi puerta mientras me dijo que me
mirara las piernas, cuando bajé la mirada me di cuenta de cuán flojos me
quedaban los pantalones se me habían bajado hasta la rodilla y estaba en pelotas
pues no llevaba ropa interior. Me hizo un gesto de que la siguiera hasta su
casa, yo avergonzado me subí los pantalones y la seguí, al cerrar su puerta me
mostró la nueva cámara digital que le había comprado su marido y las foto que me
había sacado en el descansillo.


Acto seguido me ordenó que me sentara a lo que no se porque
obedecí y me dijo que estaba muy gracioso recogiendo el correo en pelotas, y que
a partir de ese momento yo sería su esclavo. Al principio me lo tomé a coña pero
no sé porque había algo en sus palabras que hicieron que me excitara, cosa que
quedó evidente para ella también.


Me ordenó que me quitara los pantalones y que me tumbara en
su sofá, cosa que hice y ella mientras estaba fijando la cámara a un trípode que
apuntaba al sofá, se desnudó y se puso a mi lado mientras la cámara sacaba
instantáneas de lo que estaba pasando, simplemente posamos ante la cámara pero
realmente yo estaba firmando mi contrato de esclavo pues esas fotos eran
comprometedoras para mi ante mi pareja y para mi ante su marido. Al considerar
ella que había terminado la sesión fotográfica me dijo como estaban las cosas y
yo simplemente asentí.


"bien cerdo ahora vas a venir gateando a lamerme los pies, a
lamerle los pies a tu nueva AMA", yo me puse a cuatro patas y bajé del sofá,
estaba superexcitado, según me aproximaba a ella y cuando estaba a un metro de
ella, cometí la imprudencia de mirar a mi AMA a los ojos, ella enseguida me
aplicó un correctivo a base de látigo (látigo que no sé de donde salio pero que
allí estaba) enseguida me dí cuenta de mi gran error y bajé la mirada en acto de
sumisión me paré y espere a que mi AMA terminara de aplicarme el correctivo.
"sabes porque te castigo verdad?" asentí con la cabeza pero sin llegar a mirarla
y sin pronunciar palabra. "continua con lo que debes hacer" volví a asentir sin
subir la mirada y me aproximé a sus dulces pies desnudos, y justo cuando me
disponía a lamerlos su mano me paró cogiéndome de los pelos -"a que hora vuelve
tu zorrita?"- "a las 10" dije en un tono suave y bajo sin levantar la mirada
"bien, mi marido está de viaje así que hoy vas a disfrutar de tu AMA un par de
horas. CHUPAME los pies pero no pases del tobillo. ¿has entendido lo que te
ordeno?" asentí con la cabeza sin mirarla, y acto seguido comencé a lamerle los
pies, cosa que comenzó a excitarme aún mas si cabía. ella notaba mi creciente
excitación así que me ordenó parar y me dio una nueva orden: "masturbate delante
de tu AMA, pero no llegues a correrte ¿has entendido?" asentí nuevamente con la
cabeza sin mirarla y acto seguido comencé a masturbarme en la posición que me
encontraba - "quiero verlo" - asentí y eché la espalda hacia atrás para que ella
pudiera observar como lo hacía. Mientras me masturbaba ella comenzó a posar
sobre mi su pié desnudo acariciando mis testículos, cosa que hizo que estuviera
apunto de correrme sobre su pie, paré bruscamente para cumplir sus deseos "estas
a punto cabrón ¿Verdad?" asentí con la cabeza "pues continua pero no te corras
¿entendido?" traté de asentir a la vez que un latigazo sacudía mi espalda. "vaya
veo que esto te excita, tócate la polla, ahora mismo" eso hice a la vez que su
pie volvía al ataque y provocaba que mi semen saliera volando por toda su pierna
y por el suelo.


Antes de que mi AMA me diera ninguna indicación comencé a
limpiarla la pierna con mi sucia lengua y posteriormente me dispuse ha hacer lo
mismo con el suelo pero su mano me detuvo y me dijo "por hoy es bastante, veo
que aprendes rápido, se como tratar a los de tu calaña, vete a casa escribe esto
y lo publicas en www..com lo quiero ver publicado y además quiero que
te ofrezcas como esclavo a todas las chicas de Madrid y ya veré lo que hago
contigo."
Intimo Date: Oct 28th @ 5:24pm EDT
Por fin acabó el dia. No, no ha sido diferente a muchos
otros, pero este deseaba en lo mas profundo de mi cuerpo que acabara. Me
apetecia estar sola, relajarme, tener tiempo para mi. Ese tiempo que todas las
circunstancias que me rodearon durante toda la semana no me lo permitieron. Mis
amigos habian ideado un buen plan, y no sin que antes mucho me insistieran para
ir yo les habia respondido las mismas veces que queria estar sola, y que otro
dia los veria.


El silencio de la soledad de mi casa me susurro tranquilidad.
Cerre la puerta suavemente y no pude evitar sonreir. Me sentí libre de estar
entre esas cuatro paredes. Me sentí protegida. Miré a mi alrededor: miré todos y
cada uno de los rincones que divisaba desde la puerta. No tenía mucho pero para
mi lo era todo. Era mi rincón, mi sueño, mi refugio. Colgué el bolso y me quité
el abrigo. Después y sin apenas moverme desabroché el pantalón y me lo bajé. Al
inclinarme me sobresalté al sentir el tacto de la madera de la puerta sobre mis
nalgas y no pude casi evitar una carcajada porque me habia asustado hasta el
punto de sentir el bombeo de mi corazón acelerado. Me encaminé a la habitación
mientras me desprendía de mis zapatos que rodaron sobre el suelo del pasillo. El
suelo me envolvió con su frío las plantas de los pies. Entré en el baño y me
alejé mientras escuchaba el agua chocar contra las paredes de la bañera.


Me entretuve unos intantes contemplando mi rostro en el
espejo. Denotaba todo el cansancio acumulado, aunque en mis ojos se reflejaba la
vitalidad por estar donde más deseaba...algo asi como un brillo especial. Me
aparte un instante mientras me quitaba la camiseta. Inmediatamente mis manos
fueron al cierre del sujetador. Cerré los ojos mientras los sentía libres,
acariciados por un ambiente que me provocó un escalofrío. De nuevo abrí los ojos
mientras mis manos deshacían el moño que entrelazaba mi pelo. Mi pecho se movía
al ritmo de mis manos. Sentí como el frío habia endurecido levemente mis
pezones.


Fuí de nuevo hacia el cuarto de baño. Me desnudé por completo
mientras el agua caliente inundaba todo con su vapor. Me metí lentamente. Sentía
como el agua acariciaba mis tobillos y como mientras me sentaba iba abrazando
todo mi cuerpo. El chorro caía sobre mi muslo. La sensación de esa caricia del
agua sobre mi piel me hizo recostar la cabeza e intentar extenderme todo lo
posible en aquel pequeño espacio. Volví a cerrar los ojos y por fin te ví.


Te acercaste a mí sonriendo, con esa sonrisa maliciosa que
tanto me gusta y te pusiste de cuclillas fuera de la bañera. Me acariciastes el
pelo. Mi cara se apoyaba sobre la palma de tu mano mientras podia sentir a
través de mi piel todo el fuego de la tuya. Tu mano bajó por mi cuello y se
detuvo en mis hombros. El agua comenzaba a cubrir mi pecho y bajaste tu mano
para mojarmelos. Salpicastes suavemente por encima de ellos y te detuviste en
uno de mis pechos. Acariciastes dulcemente mi pezón, que reaccionó de inmediato
dejándose atrapar entre tus dedos. Hicistes lo mismo con el otro pecho mientras
tu mano era cubierta por el agua.


Abrí los ojos y cerré el grifo, dandome cuenta que mis manos
habían pasado a ser las tuyas. Volví a cerrar los ojos y de nuevo te ví, apoyado
con un brazo en el borde mientras tu mano seguía acariciándome. Ya te habías
desnudado. Te inclinastes ligeramente para besarme. Nuestras lenguas se unieron
y pude sentir como acariciabas mis labios con la tuya, pasando lentamente por
todo el contorno de mi boca. Mientras, tu mano se deslizaba entre mis piernas y
sentías como mi respiración se entrecortaba. Tu boca acariciaba mi cuello
mientras mi cuerpo se estremecía por el contacto de tus dedos en mi vagina.
Acariciabas suavemente mi clítoris, estimulándolo, excitándolo.


Haciendo que sobresaliera de mis labios, mientras jugueteabas
separándolos. Tus dedos apretaban sobre ellos mientras bajaban para penetrar mi
vagina. Podía oir mi respiracion agitada y también la agitación del agua
provocada por tus caricias. Penetrastes con un dedo, mientras que con la otra
mano volviste sobre mis pechos. Volviste a pellizcar mis pezones. Sentí otro
dedo acompañar al primero. Tus movimientos eran lentos pero los dotabas de una
enorme profundidad. La otra mano bajó sobre mi clitoris mientras el agua
provocaba una fuerte marejada entre mis piernas. Parecía que iba a estallar un
volcán.


Agarré tu muñeca con mi mano para no dejarte salir de mi,
mientras tu otra mano acariciaba ahora velozmente mi clítoris. Pude arquear mi
cuerpo hacia arriba mientras alcanzaba el orgasmo, oir mis jadeos convertidos en
gemidos mientras abría los ojos...mientras te perdía...quise volverlos a cerrar
de nuevo para verte, pero ya no estabas, solo estaba mi cansancio, mi
respiración terminando de pausarse mientras mi cuerpo recuperaba la
calma...mientras mis manos reposaban sobre el borde de la bañera y mientras el
calor del agua me relajaba. te eche de menos, aunque sentí que volvería a verte
al salir, al descansar sobre mi cama. Sentí que volverías y me harías el amor
despacio. Mirandome a los ojos con cada embestida, con cada profunda penetración
Oral y Licor Date: Oct 25th @ 12:19pm EDT
Otro relato de sexo oral como protagonista. Esto pasó hace 4
años, en verano. Una de esas tardes de agosto había quedado con mi amiga "Sara"
en su casa, sus padres andaban de vacaciones. Soliamos oir discos y beber un
licor que ella traía de su pueblo, riquísimo por cierto.



La idea era salir esa noche por ahí a una discoteca del centro, de hecho nos
habíamos arreglado para ello, pero antes sacó la botella del maravilloso licor
para entonarnos antes de la juerga.



Lo mejor de ese licor era que entraba muy bien, era muy dulce y suave y cuando
te querías dar cuenta te habías bebido la botella, pero te ponía muy chisposo
sin provocar una mala borrachera o mal cuerpo. Por ello digo que era
maravilloso. Empezamos a echarnos vasos y vasos y en efecto

la botella se quedó vacía en un rato, mientras oíamos sus discos de musica
siniestra.



"Buf tía, ha caido la botella, ya veras tus padres que bronca te echan" dije yo
la mar de chisposo



"Baaaaahh, mis padres traeran otras tantas así que no van a echar en falta una,
ademas para eso esta para beberselo,esencia de mi pueblo jajaja!!" respondio
ella riendo y muy chisposa tambien.



"Bueno" dije yo, "creo que estamos listos para irnos de fiesta no?" Era mi plan
verdadero y no habia pensado en nada mas, lo juro.



"Esperemos un rato, a que nos suba bien el licor y te pongo un disco que quiero
que oigas" dijo ella

sin moverse del sitio.



El caso es que se habia hecho tarde, y se estaba genial en su casa asi que no me
importo esperar

y poco a poco me iban entrando ganas de quedarnos alli con nuestro puntillo y de
risas. Ella parecio leerme la mente porque dijo : "mira, ya es muy tarde y
estamos aqui muy a gusto". ÀNos pasamos aqui la noche mejor? Ahorramos pasta y
estamos mas tranquilos"

"Por mi estupendo, no tendras mas licor verdad? pregunte interesado

"jajajaja que va tio, era la ultima botella, hay que mantener este puntillo como
sea!! dijo entre risas.

Nos tumbamos en su cama, cara a cara, era muy estrecha(la cama digo) y seguimos
hablando. De repente nos quedamos callados, y estallabamos de reír, el licor
estaba en su maximo efecto.

La musica que sonaba era tremendamente oscura y erotica, y calor vernaniego mas
el efecto del licor hicieron el resto. Sin casi darnos cuenta nos estabamos
morreando, primero suavemente y de nuevo nos entraba la risa tonta, como niños.
Pero poco a poco fuimos perdiendo los papeles y ya que habíamos llegado a ese
punto daba igual, asi que se echo sobre mi y me comio la boca salvajemente
mientras yo agarraba fuerte su culo a traves de sus ceñidos vaqueros,
apretandola contra ií. Me excite muchisimo, no esperaba que pasara esto, asi que
entre la sorpresa y la situacion en si estaba de lo mas caliente. Era delicioso
el gusto a licor que compartiamos en nuestras bocas, empece a subirle la
camiseta despacio, eso la hizo ponerse mas salvaje aun y comenzo a descender por
mi cuerpo, levanto la mia y lamio mi pecho, mis pezones, mi vientre. . . y se
detuvo preguntandome : "puedo bajar. . . mas"?



La respuesta era muy obvia, y le dije que claro que si mientras moví mi cadera
hacia delante acercandole asi mi entrepierna a la cara. Desabrochandome los
pantalones saco mi pene que estaba muy duro y comenzo a darle besitos y lamidas
muy suaves y rapidas a la punta. Estuvo aií un buen rato haciendome sufrir, yo
me retorcia y deseaba que se la metiera en la boca ya, me palpitaba y ardia,
estaba excitadisimo.



"Eres un ansioooooso" dijo riendo mientras seguía su tortura en mi pene, y de
repente quiso ser buena chica y la devoro hasta casi el fondo. La sensacion fue
brutal, di un pequeño respingo y un sonoro gemido, y ella me miro y sonrio con
mi polla dentro de la boca. La chupaba increiblemente bien, chupaba la punta
varias veces y se la introducia hasta mas de la mitad, masturbandome con la mano
y moviendo rapido su legua. Imponia un ritmo rapido, se veia que le encantaba
hacerlo y yo estaba fuera de mi. Nunca hubiera imaginado asi a Sara.

Paro y empezo a quitarse los vaqueros, yo me masturbaba mirandola, tardo poco,
volvio a la cama y siguio mamandomela, chupando y chupando y comiendola hasta
que yo ya no podia mas, o paraba o me corria, que gusto joder. Debio intuirlo
porque se subio encima de mi y se quito la camiseta(no llevaba sujetador,lo
habria planeado todo. . . ?) pero NO las bragas y empezo asi a restregarse con
ellas puestas encima de mi polla, la aplastaba y apretaba fuerte. Empezo a
moverse muy rapido, yo la besaba y acariciaba su tetas.

Empezo a gemir fuerte, yo queria follarla ya e intente pararla y quitarle las
bragas, pero me dio una respuesta que me sorprendio mucho :

"¡NO! no me cortes esto, ademas no quiero que me la metas porque la tienes muy
grande y me vas a hacer daño"

Yo alucine, no considero que la tenga muy grande ni pequeña, normal diria. Le
insisti pero ella no me hizo caso y siguio moviendose fuerte,tanto que hasta me
hacia daño y empezo a gemir y gemir con lo que comprendi que se estaba
corriendo. Tuvo un orgasmo largo y por lo que deduje intenso, gemia mucho
mientras se apretaba a mi.



Cuabdo termino se tumbo en la cama boca arriba y suspiro. Yo la mire y en broma
le proteste un poco por no haberme dejado penetrarla.

"Tranquilo " dijo riendo, "lo preferia asi, me ibas a reventar con eso y no
queiía cortarlo, ha sido bestial,pero no te preocupes que vas a tener lo tuyo"
dijo lascivamente.



Y regreso a mi entrepierna dolorida y dura y comenzo una nueva mamada mas fuerte
que la de antes, chupaba y chupaba mi polla, masturbaba fuerte el tronco con la
mano derecha, procuraba metersela lo mas posible, mamaba divinamente y me daba
un placer tremendo.

Tras toda esta sesion no aguantaba mucho mas asi que note que me venia un
inevitable orgasmo

y se o hice saber:

"Sara no aguanto mas, si sigues asi me derramo ya mismo" le dije



"Correte a gusto que te lo mereces dijo ella mientras me la coiía mas fuerte aun



"Pero. . . . te lo vas a tragar" le adverti yo, por si acaso



"Sara SIEMPRE se lo traga" respondio riendo



Asi que me abandone al placer absoluto y comence a correrme muy fuerte y muy
intenso dando gritos casi, mi esperma estallaba en su boca mientras ella mamaba
y lo iba tragando. Me corri mucho rato, pareiía no acabar nunca y doiía de
placer. La miraba, mi semen se resbalaba por su boca y su mano con la que la
cabrona seguia exprimiendome sin parar. Extendio todo mi jugo por mi vientre y
lo lamio hasta secarlo, se tumbo sobre el y durante largo rato no dijimos nada.




Dormi en su casa y me desperto con otra mamada...
Oral en el restaurante Date: Oct 25th @ 12:15pm EDT
Este
relato va acompañado de la foto que originó el mismo, sucedió ya hace tiempo y
fue en un tiempo en que tenía una amante casada y que por lo mismo evitábamos
cualquier lugar concurrido para aprovechar el tiempo que estaba libre.


En esa ocasión habíamos decidido solamente ir a comer,
buscamos un lugar no muy conocido dentro de la zona metropolitana de nuestra
ciudad y decidimos ir a un pequeño restaurante que tenía dos pisos, era un día
entre semana por lo que, cuando llegamos al mismo, se encontraba prácticamente
solo, en la planta baja había solo un par de mesas ocupadas y decidimos subir al
segundo piso procurando tener una mejor vista del lugar.


Al subir vimos que ninguna mesa estaba ocupada, así es que
teníamos todo el espacio para nosotros, escogimos una mesa amplia redonda,
quizás para varios comensales, la cual estaba bellamente preparada con un mantel
largo que casi la cubría, unas flores la adornaban y el arreglo de todos los
platos y cubiertos listos para empezar a comer la hacían ver muy agradable.


Le pedimos al mesero algo de beber, lo cual lo trajo
rápidamente y le dijiimos que posteriormente le hablaríamos para solicitar la
comida, por lo que nos quedamos solos en ese espacio.


Vi que Imelda, me estaba mirando con ojos lujuriosos y me
empezó a besar apasionadamente y a frotar por encima de mi pantalón mi miembro,
el cual pronto se endureció y empezó a sobresalir por sobre el mismo.


Me dijo que por qué no salíamos al balcón para ver hacia la
calle y así lo hicimos, mientras tanto no dejaba de frotarme por el pantalón y
agarrar ya con la mano mi endurecido miembro, estuvimos admirando el paisaje y
entonces me pidió que me la sacara para poder tomarle una foto, fue por la
cámara y así lo hizo... tomó la foto del recuerdo, misma que acompaña a este
relato.


Nos regresamos a la mesa, yo con la verga de fuera y entonces
le dije que iba a lavarme las manos para comer.


Entre al baño, en realidad lo que quería además era lavarme
la verga, pues pensé que ella lo que quería además, era darme una mamada y a mi
me gusta que antes de hacerlo que esté bien limpia. Así lo hice pensando en el
disfrute que iba a obtener enseguida.


Cuando salí vi que Imelda no estaba en la mesa, lo cual me
decepcionó un poco, pero pensé que habría olvidado algo en el carro o que tal
vez también habría ido al baño a lavarse sus manos, así que fui a la mesa y me
senté a esperar que ella llegara.


Me senté en la mesa, por supuesto que todavía con la verga de
fuera, sentía su largo y el peso de la cabeza engruesada por el deseo, como el
pantalón era blanco no quería que se manchara con mis jugos, así es que me senté
de manera que prácticamente estaba colgando entre mis piernas, además de parada
y endurecida, estaba chorreando jugo el cual escurría por la cabeza, sentía su
calor y su espesor que seguramente goteaba hasta el piso.


En ese momento volvió el mesero a preguntar si se ofrecía
algo o si ya queríamos ordenar, no notó nada, de mi instrumento ya que el mantel
cubría adecuadamente mi herramienta.


Le estaba diciendo que nos esperara un poco más para ordenar
y que mientras nos trajera otras bebidas cuando empecé a sentir un aire cálido
que soplaba sobre la cabeza de mi verga parada y casi enseguida el paso de algo
suave, húmedo y caliente e inmediatamente supe que era una golosa lengua, y es
que Imelda se había escondido debajo de la mesa para darme la sorpresa de una
mamada inesperada.


Sentí en seguida no solo su lengua acariciando mi verga, sino
que se la introducía casi toda en su boca. Mientras tanto yo trataba de ordenar
y platicar con el mesero, queriendo que no se fuera a dar cuenta de lo que
debajo de la mesa estaba pasando: que una caliente mujer estaba toda desbocada
mamando como solo se puede dar en circunstancias inesperadas. Creo que no fui
muy convincente y algo detecto el mesero que estaba fuera de lugar, sin embargo
decentemente se retiró de la mesa a cumplir con lo ordenado.


Imelda continuó mamándome, la verga la cual estaba cada vez
más grande y yo disfrutando el enorme placer que daba saber que me la estaba
chupando prácticamente en un lugar público.


Esta vez el mesero regresó muy rápido con el encargo, y creo
que algo comentó en la cocina, porque cerca de la escalera de acceso alcancé a
ver que alguien, otra mesera, se quedó medio escondida tratando de ver que
estaba pasando en el lugar donde estábamos.


Para entonces, ya eran muy obvios los movimientos que se
daban debajo del mantel y pensé que el mesero nos iba a correr del lugar, sin
embargo lo que quería yo en ese momento era llenarle la boca de leche a Imelda
ya que estaba casi a punto de venirme.


-¿Esta disfrutando de su estancia en este lugar señor? -me
dijo el mesero.


-Muchísimo. -le respondí. -No se imagina cuanto y de que
forma.


Vi que el mesero volteaba descaradamente hacia donde Imelda
me estaba mamando y también ví que la mesera observaba con mayor atención lo que
estaba pasando y que se acariciaba inconscientemente con sus manos sobre sus
muslos y sus caderas.


También vi que la verga del mesero estaba sobresaliendo por
encima de su pantalón y pensé que tal vez no pasaría nada si lo invitaba a que
se sentara en nuestra mesa.


Le dije, -a lo mejor también a usted le gustaría disfrutar
del lugar, ¿por qué no se sienta un rato a descansar?


Me miro con ojos libidinosos y al parecer su miembro creció
cuando escucho la invitación y de inmediato retiró la silla que estaba cercana a
la mía y se sentó en ella.


Mientras tanto, Imelda que había estado escuchando la
conversación se dio cuenta de lo que pasaba y se preparó a recibir al visitante
inesperado. En cuanto vió que unos pantalones se acomodaban en la silla dejo de
mamarme, (con lo cual yo obtuve un respiro y ya no eyaculé, sabiendo que tendría
rato más de placer) para inmediatamente irse sobre la bragueta del mesero y
sacarle su verga, de lo cual me dí cuenta al verlo como cerraba sus ojos y
dejaba escapar un especie de suspiro o resoplido cuando Imelda colocó su boca y
empezó a succionar.


Entonces, sin darnos cuenta ya que estábamos muy emocionados
por lo que estaba pasando, cuando menos pensamos, la mesera, compañera de
nuestro invitado, estaba de pie, entre el mesero y yo, con gesto muy serio y
como tratando de regañar a su compañero, diciéndole que el patrón lo iba a
despedir si se daba cuenta de su actitud.


El mesero que se llamaba Luis, en respuesta a la llamada de
atención de su compañera que se llamaba Gloria, empezó a meter su mano por
debajo de su vestido y le acarició los muslos y las nalgas a Gloria su
compañera. Ella no chisto para nada, lo que me hizo saber que al estarnos viendo
se había empezado a calentar y que si ahí estaba no era para regañar, sino para
ver que le tocaba, así es que, yo también empecé a acariciarle sus nalgas y
entre Luis y yo le bajamos las panties, sin dejar de acariciarla lo más que
podíamos. Mientras debajo de la mesa Imelda continuaba con su trabajo,
imperturbable, chupando una y otra verga a su placer, mientras succionaba una,
con la mano le pelaba la cabeza a la otra, el caso era estar en acción completa,
y también muy atenta a lo que estaba pasando con la llegada de la nueva
compañera.


Le dije a Gloria que si quería meterse debajo de la mesa para
ver si lo que encontraba ahí era de su agrado, y ni tarda ni perezosa así lo
hizo y se fue a acompañar a Imelda y así estábamos: por encima de la mesa
aparentemente dos hombres estaban sentados, quizás conversando, mientras que
debajo del largo mantel entre las piernas de cada uno dos mamadoras comedoras de
verga se estaban dando un banquete de jugosas vergas.


No sabría decir quien o cual de las dos me mamaba en ese
momento, solo cuando en una ocasión en lugar de una boca sentí las dos lenguas
en mi miembro me dí cuenta que eran las dos mamadoras al mismo tiempo.


Le pedí a Imelda que se pusiera a gatas para quitarle las
pantaletas porque le quería meter la verga en el coño o en el culo que a ella le
encantaba muchísimo, me obedeció y cuando dirigí mis manos para hacerlo, me dí
cuenta que ella por su parte ya lo había hecho, pues encontré sus nalgas duras
ya encueradas y listar a recibir lo que fuera y por donde fuera,


Les pedí que ellas escogieran la verga que quisieran para
coger, y que luego, enseguida cambiaran de hombre para que los cuatro nos
pudiéramos disfrutar todos, así lo hicieron y yo sentí como una mano estaba
dirigiendo mi verga hacia un lugar cálido y empapado, súper empapado de jugos,
con un coño caliente y deseoso de verga, luego, oimos los besos y las caricias
que ambas mujeres se estaban propinando mientras que nuestras vergas las
perforaban, así estuvimos un buen rato hasta que escuchamos como Gloria estaba
acabando, salió de debajo de la mesa y se hincó delante de Luis y le pidió que
se hiciera una puñeta para recibirle la leche en su cara.


También Imelda, salió de su escondite y se colocó boca abajo
encima de la mesa y me pidió que le llenara el culo de verga, lo cual hice con
mucho agrado y así en aquel lugar solitario y sin clientes se seguía
desarrollando aquella pequeña orgía que espontáneamente se había iniciado.


Finalmente, vi como la verga de Luis explotaba en la cara de
Gloría, llenando de leche no solo la cara y boca de Gloria sino hasta su pelo y
en su uniforme, y yo sentí que el culo de Imelda me estaba succionando toda mi
verga, como si quisiera que tambien yo me introdujera por su ojete, sentí que se
estaba viniendo cuando los músculos de su culo me oprimieron con más fuerza y
entonces recargué todo mi peso sobre sus nalgas para introducir mi verga lo más
posible y le dejé ir toda la leche que en ese momento tenía.


Era tanta la leche que le metí en el culo, que cuando saque
mi verga, quedó escurriendo alrededor de su ano, el cual todavía estaba
palpitando, abriéndose y cerrando con la fuerza del placer recibido, Al ver
esto, Luis y Gloría no pudieron resistir la tentación, y juntos empezaron a
besar sus nalgas, y poco a poco, con la lengua empezaron a recorrer y besar todo
el espacio alrededor de su tembloroso culo, Luis se animó y metió la punta de su
lengua por el hoyo todavía vibrante de su ano lo que hizo que Imelda suspirara y
apretara el mantel con sus manos de placer, mientras tanto yo me dedique a lamer
el coño de Gloria ya que lo vi tan jugoso que pensé que estaba bien que la
dejara bien limpia de jugos.


Finalmente nos dedicamos a descansar del juego que habíamos
hecho, y enseguida ordenamos nuestra comida y por supuesto que fuimos muy bien
atendidos en nuestra solicitud, y hasta recibimos un trago gratis cortesía de la
casa y con los deseos que en cualquier ocasión en que quisiéramos regresar
seríamos muy bienvenidos.
Fin de Año Date: Oct 25th @ 12:12pm EDT
Es diciembre y como todos los años en mi trabajo se realiza
la fiesta de fin de año exclusivamente para empleados. Soy una chica casada hace
seis años y tengo veintilargos. Mi marido tiene poco más de cuarenta y si bien
es físicamente un bombón ya que toda su vida hizo deportes y es bastante alto y
de contextura grande tiene apetencias sexuales tradicionales, siempre en la cama
y en posición de perrito. Mi despertar sexual fue a muy temprana edad, con mi
mejor amiga, por eso soy una sexopata, pero eso es otra historia.


Esa calurosa noche de Buenos Aires me estaba preparando para
la que sería mi primer fiesta de fin de año laboral ya que había comenzado mis
actividades en marzo. Sin saber que ponerme me decidí por un típico vestidito
negro strapless (sin breteles), pero el mismo era muy lago para la moda del
momento por lo que decidi subirlo y arrugarlo en la parte del busto calzarme una
fajita color rosa y apreciar mi figura en el espejo. El mismo reflejaba una
esbelta joven, pelirroja de tez bronceada, con delgadas y largas piernas
cubiertas por una minifalda con un tajo en el muslo que permitía espiar por el
costado sin dejar nada más a la vista. El strap, arrugado a la altura del pecho
hacía resaltar un poco más mis pequeñas tetitas de miel. Decoré mis pies con
unas hermosas sandalias rosas con un taco de 8 cm. Que no solo estilizaban mis
piernas, sino que me daban una altura de un metro ochenta.


Cartera al tono, rosa, maquillaje de colores naturales pero
en su punto justo hacían que mi rostro se gesto ingenuo le dieran a mi conjunto
una estilo actual y de perra en celo reprimida.


Fui a la fiesta, le saque el aliento a unos cuantos, baile y
me moví a mi antojo, como tanto me gusta... Se hicieron las 3 de la mañana y
comenzaba a aburrirme, con un grupo de compañeros de trabajo decidimos irnos a
otra disco, fueron flirteando entre ellos y se formaron las parejitas/ grupitos
que luego se darían un festín sexual. Esta situación me puso como una moto pero
siempre adopté la política de no acostarme con compañeros de trabajo, por lo que
antes de que me arrepintiera me tome un taxi hasta casa, eran las 4:15 hs.


El taxi paró frente a la puerta de entrada del edificio. Me
baje y vi una parejita en la vereda, muy cerca de la puerta. Mi vecino del
departamento de arriba, esa ricura de treinta y pico, estaba tratando de
convencer a una chica que no se si tendría veinte años. La pendeja no estaba
nada mal, era petisa, pero con buenas lolas y vestía una remerita musculosa
negra, una minifalda blanca y zapatos de taco negros. Lentamente me fui
acercando, haciendo la que buscaba las llaves en mi carterita escuchaba la
conversación. La chica me vio y se inhibió más amagando irse, el flaco, en un
intento desesperado se dirigió a mi para tratar de convencerla que solo quería
hacerla entrar al dto. Para tomar algo y pasar un rato... Era la primera vez que
me dirigía la palabra, además de saludarme como lo hacía siempre me dijo


¨Vos que sos mujer, decile que no tiene nada de malo que
entre a mi dto. a tomar un trago¨...


Me sonreí acordándome de las maratones sexuales de las cuales
él era protagonista, que hacían que la cama rechine y que las mujeres giman,
esas que despertaron a mi marido y a mi tantas veces durante estos últimos años...
Sin responderle llamé a la chica y le dije:


¨te invitó a conocer su departamento?¨


¨Si¨


Y vos que le respondiste?


¨Que quería conocerlo¨


¨Sabes que cuando un hombre invita a una chica linda como vos
a conocer su dto. Es para tener sexo? ¨


¨No, yo simplemente quería tomar algo y seguir conversando...¨


Mi vecino, Manuel, me fulminó con la mirada.


¨Ahora que sabés cuáles son las intenciones, ¿Te querés
quedar? ¨


¨No¨


¨OK, entonces tomate un taxi y andáte.¨


Miro a Manuel y con mi mejor cara póquer le digo ¨Fin de la
noche¨ como si nada hubiera pasado. Pero el bulto en su pantalón era evidente
jaja!


La chica se apresuró a cruzar la calle para tomar el primer
taxi que encontró. Mientras mi vecino me miraba con su mejor cara de odio y
hecho una fiera se acerca a mi:


¨Pera hija de pu... ¿Qué hiciste? Estuve tres horas tratando de
convencerla en el boliche y vos como si nada la espantas. ¿Ahora que hago? ¨


¨Recurrí a tu amiga manuela (masturbación con la
mano) y andáte a dormir¨


Abro la puerta del edificio, él entra detrás de mí. Camino
por el hall del edificio, hacia el ascensor como si de una pasarela se tratase,
sabiendo que esto lo vuelve loco. (Muchas veces me despertaron los tacos
mientras le desfilan antes del juego sexual). Cuando estoy por agarrar el
picaporte de la puerta del ascensor me toma la mano y me da vuelta abruptamente
pegando su cuerpo al mío, haciéndome sentir su entrepierna. Con la misma cara de
póquer lo miro. Me besa y lo separo de golpe diciendo en voz baja (para que solo
el escuche ya que todos en el edificio dormían, mi marido también y no quería
que escuche), Entonces hablando en voz baja pero firme le dije


¿Que hacés, estás loco?


¨Ahora vas a saber lo que es bueno¨, me tapa la boca y me
mete de prepo al ascensor.


Durante el corto viaje de tres pisos me manosea las piernas y
la cola intentando llegar a la entrepierna. No lo dejo, no quiero que descubra
tan rápido lo mojada que esta mi tanguita rosadita. Abre la puerta de su dto. Me
empuja dentro y me apreta contra la pared, no aguanto más y lo dejo hacer. Me
besa profundamente, enroscando su lengua con la mía y haciéndome sentir lo bueno
de su trabajo bucal. Me mojo más, la situación me enloquece. Se que mi marido
esta abajo ¿durmiendo? Y que yo estoy vestida para matar a merced de mi vecino.


Trata de bajarme la parte de arriba del vestido, no lo dejo,
ahora yo lo tomo del brazo y lo obligo a sentarse, apoyando mi rodilla levemente
en su entrepierna me acerco y le digo al oido


¨No tan rápido¨


Enciendo el equipo e audio, desfilo y luego me pongo a bailar
al compás de la música, como si fuera una stripper, de espaldas me agacho y le
muestro la terminación de mis piernas hasta el borde de la colita, siempre
insinuando, sin mostrar. Me mira extasiado, llevando su mano a la entrepierna,
amagando levantarse, me acerco y vuelvo a sentarlo en la silla, tomo la toalla
del baño y sigo bailando, refriego la toalla en mi entrepierna llenándola de mi
mejor perfume, para luego pararme detrás de el y refregarla suavemente por su
rostro, intenta darse vuelta y no lo dejo, le vendo los ojos con la misma
toalla... Bailo muy cerca de él y tomando su mano le permito recorrer libremente
mi cuerpo, le muestro el camino para sacarme la fajita, guío su otra mano para
que con las dos me saque el vestido, sin que pueda ver. Lo beso profundamente
acariciándole el paquete mientras le desabrocho el cinturón y el pantalón.
Acariciándole el torso le saco la remera, mientras me recorre con las manos.
Acerco otra silla y apoyo una de sus piernas sacándole una de sus zapatillas y
la media, cambio de pierna, le saco otra zapatilla y le arranco el vendaje de
los ojos, su visión fue la de una mujer con tacos altos, agachada, mostrándole
la vulvita envuelta en una bella tanguita rosa de encaje, centro de un redondo y
firme culito que tiene entre sus piernas la suya, suavemente le voy quitando la
media... De golpe siento sus manos en mi cintura mientras se pone de pie. Me da
vuelta y mira mi cuerpo, vuelve a comerme la boca. Mientras le bajo el jean de
golpe, el cual el se saca con destreza moviendo sus pies sin dejar de besarme.
Tomo el elástico del slip y lo estiro para que el golpecito le provoque un
pequeño dolor en la piel, lo hago un par de veces. Me desabrocha el corpiño,
pone mis manos por detrás de la espalda y me obliga a caminar hacia la
habitación. Frente a la cama veo reflejada nuestra imagen en el espejo que cubre
toda la pared, con una mano me sostiene de rodillas en la cama mientras con la
otra desenfunda un terrible aparato, No puedo evitar gemir de solo verlo,
sabiendo cual será su destino. Me tira boca arriba y sosteniendo mis brazos al
costado del cuerpo me saca con los dientes la tanga de encaje. El olor de mi
sexo invade la habitación mezclándose con los de él. Me vuelve loca!!! Lo beso
furtivamente mientras se calza el preservativo e invade mi conchita con su
aparato. Juega en la puertita, Aaaahhhhhhh!! Lo agarro del culo intentando
acrecentar sus movimientos pero con una sonrisa maliciosa me dice...


¨Vas a sufrir Perra!¨ Toma su instrumento con la mano, lo
saca y recorre mi bulba de arriba hacia abajo, mientras lo abrazo con mis
piernas y me sostengo en sus hombros para intentar moverme más rápido, pero
tiene más fuerza y no me deja. Me gira quedando casi de costado al espejo,
levanta mi pierna izquierda y me mete su verga sin piedad hasta el fondo.
Aaaahhhhhhh!!!! La cama rechina con el mete saca. En el espejo vemos como me
penetra, me exita y me muevo más, esa mezcla entre dolor y placer hace que se
gima como una puta. Aaaaaahhhhhhhhh!!!!!!! Aaaahhhhssssiiiii!!!!


Cooogggeeeemmeee!!!! Mientras acaricio sus bolas suavemente,
con la llema de los dedos, y recorro las zonas aledañas, especialmente ese
rinconcito que esta cerca de su cuevita posterior. Aasssiiiii Perraaaaahhhh!!!
Explota de placer y me llena con sus jugos mientras yo sigo con mis
interminables orgasmos acompañandolo muy especialmente en este último instante,
mis fluidos salen expulsados formando un charco de flujos en las sábanas,
mientras él termina de llenar el interior de mi conchita. Aaaahhhhssssiiiii!!!!


Caemos exhaustos. Tomamos una buena cantidad de agua, nos
duchamos mientras jugamos, conversando con la mirada, sin decir palabra. Lo
enjabono completamente y al final dejo su sexo al que le pongo especial
dedicación. El se deja hacer, una vez que termine con él, me enjabono todo el
cuerpo jugando provocativamente, paso el jabón por entre la raja de mi depilada
colita, agachada con las piernas estiradas mientras lo miro de reojo, me pongo
de frente y enjabono mis tetitas acariciándolas y disfrutando de mis caricias,
me enjuago y salgo de la ducha con una actitud indiferente. Sale y pega su
cuerpo contra el mío. Estamos los dos cebados como motos, nos besamos con los
cuerpos mojados aún, y nos refregamos, comienzo a gemir... Aaaahhhh!!!


Suena el timbre! Nos sobresaltamos, me meto corriendo en la
habitación. Se enrosca la toalla en la cintura, abre la puerta y siento que
conversa con otro hombre, reconozco la voz... Es mi marido!!! Escuche que le decía
que no podía aguantar las ganas de cogerse a la perra que se estaba cogiendo él,
solo un polvo y luego esperaría satisfecho a su esposa que debería llegar de un
momento a otro. NNNOOOO!!! Me invadió el temor y quería desaparecer, me odié.


Siento que se cierra la puerta y cuando Manuel se acerca a la
habitación le pregunté si se había ido, me dijo que sí. Quise ir a corroborar al
comedor, pero no me dejó, no me quedaban dudas, sabía que mi marido estaba en el
dto. Manu me besaba apasionadamente y yo no podía cerrar los ojos estando alerta
al otro ambiente, sentía una mezcla de temor y placer. Me pide que le coma el
sexo a lo que gustosa accedo, es mi debilidad, mi estilo francés no se lo debo
solo a mi figura... Comienzo a dedicarme a él que gime muy bajito. Así
perrrraaa!!! Se mueve dentro de mi boca mientras acaricio su glande con mi
lengua brevemente para luego recorrer todo el tallo hasta la base, el me toma de
la cabeza acompañando el movimiento, cuando siento que esta por explotar le tomo
la base y presiono un poquito... Todavía no. Mi marido espiaba con cara de asombro
y placer, hice como que no lo ví pero lo conozco y se que esta muuuyyy caliente,
sabe de mi destreza. Manu me recuesta boca abajo y comienza a comer mi sexo con
su boca, mis jugos no paran de salir y yo no paro de gemir Aaahhhhhsss!!!! Mi
marido se baja el slip y se acaricia el sexo mientras nos mira.


Manu, desde el clítoris sube son su lengua y me penetra con
su boca, sigue subiendo y se come mi agujerito posterior mientras abre y cierra
mis nalgas con las manos... Aaaggghhhhhsss!!!!


Una vez bien lubricado busca con su verga mi cuevita
posterior y la penetra, suavemente al principio.. NOOO, la cuevita NNNOOO!!!!
(es exclusiva de mi marido) Comienza a bombear y no me resisto más, cierro los
ojos... Aaahhhhhsssiiii!!!! Aaahhhhhsssiiii!!!!


Me pone de costado y siento otra verga rozando mi vulva, era
mi marido!!! Así que te gusta putita!!! Ahora vas a aprender a no equivocarte de
piso!!!! Y me coge bestialmente la conchita, empapada, mientras mi vecino sigue
con el mete saca. Aaahhhhhsssiiii!!!! Aaahhhhhsssiiii!!!! Aaahhhhhsssiiii!!!!
Aaaaacccaaabbboooooo!!!!


Si puta, acaba puta!!!!! Mi vecino me muerde el cuello por
atrás mientras mi marido me sostiene la pierna y besándome en la boca me coge y
llena de leche mi conchita sin piedad, Manuel no aguanta más y también acaba.
Aaahhhsssiiiii perrittaaaaaaaahhhhh!!!!!!


El tiempo paso y a las 7 de la mañana, antes de que comience
el movimiento en el edificio nos fuimos a casa. Cuando llegamos mi marido me ata
las manos y me coge una y otra vez hasta que se sacia, a modo de represalia. Me
deja dormir y recién cuando nos despertamos me desata.


Otro día les contaré como una de las amiguitas de mi vecino
se ¨equivoca¨ de departamento y las fantasías de mi marido se hacen realidad
como se cumplieron las mías.
La Sirvienta Date: Oct 25th @ 12:10pm EDT
Desde que llego Lucia a nuestra casa las cosas han cambiado mucho.



Tanto Gustavo como yo salimos muy temprano a trabajar, somos una pareja joven,
vital, con proyección profesional y que, de momento, no deseamos ampliar la
familia.



Gustavo está divorciado, tiene dos niñas pequeñas, él comenzó rápido a vivir.
Yo, por mi parte, quitando los novios de juventud no he tenido ninguna relación
superior a 2 años.



Debido a lo vertiginosa que resultan nuestras vidas, decidimos contratar a
alguien que nos ayudará en las tareas domésticas. Vivimos en un humilde chalet
adosado a las afueras de la capital, y entre el horario laboral y el tiempo de
transporte es poco el tiempo que nos queda para disfrutar, el cual no
pretendemos dedicar a la limpieza.



Lucía es una chica joven, de familia humilde que dejó de estudiar para comenzar
a labrarse su propia vida. Quería alejarse de su casa donde el ambiente era algo
hostil, problemas sociales con difícil solución...



Nosotros encontramos su anuncio en el buzón, escrito a mano, con una letra casi
infantil se ofrecía como chica interna o externa. No sé que me motivó ese día y
decidí llamar al teléfono y concertar una entrevista.



En la cita la chica nos cayó muy bien. Tenía 19 años y un aspecto muy aniñado,
parecía dulce y buena gente. Tanto Gustavo como yo la estudiamos detenidamente,
y ellas nos comentó su situación. Le ofrecimos quedarse interna, más que por
nosotros por ella misma, que nos dio algo de pena.



Las primeras semanas se hacía algo extraño tener a esa chiquilla pululando por
nuestra casa, a pesar de ser muy discreta y educada no dejaba de ser chocante y
de limitar de alguna manera nuestra intimidad.



Gustavo y yo somos personas bastantes liberales, con una activa vida sexual
satisfactoria de la que gozamos prácticamente a diario.



Nos agrada caminar escasos de ropa y nos apasiona "el aquí te pillo aquí te
mato", de hecho el dormitorio y la cama suelen ser sitios que sobretodo
empleamos para dormir...



Una noche charlando yo le comente a mi pareja el malestar que sentía por esta
limitación, él me dijo que también le pasaba y que nos habíamos precipitado
moviéndonos por el corazón al contratar a Lucía como chica interna...



Nos planteamos el echarnos atrás, pero cada vez que veía su dulce cara no me
sentía capacitada de dejar a la pobre muchachita en la calle.



Ella era muy eficiente, tremendamente ordenada, limpia y responsable y cuando
venían las niñas de Gustavo era capaz de hacerlas sonreír las 24 horas del
día...



Poco a poco nos fuimos acostumbrando a esconder nuestra intimidad, y por las
noches con la puerta cerrada nos envolvíamos en besos, caricias y orgasmos, en
el suelo, en la ducha o sobre la cama de nuestro dormitorio...



Dormíamos desnudos sintiendo los sexos de cada unos cerca de nuestra piel,
adoramos el erotismo y nuestra desnudez...



Gustavo, es un gran amante, experto por la gran cantidad de experiencias en su
haber. Paciente, nunca tiene prisa cuando se trata de amar, da igual la hora que
sea y que es lo que se haya interrumpido. Creativo, imaginativo hasta su fin,
alimenta mi mente de nuevas pasiones que inundan mis sueños, cuando entre jadeos
me susurra en los oídos los más bellos y sugerentes cuentos eróticos. Dulce, con
toda la pasión que lo desborda trata mi cuerpo como si fuera el más frágil de
los objetos y hasta cuando la cosa se pone más acelerada, hasta cuando sus
palabras se puedan convertir en insultos, nunca resultan soeces porque retumban
en mi interior como si tocará el clítoris de mi cerebro...



Una de esas noches los dos nos encontrábamos de pie, desnudos, sobre la pared mi
cuerpo con los pechos apretados contra el yeso amarillo del dormitorio. Detrás,
el cuerpo de Gustavo se pegaba al mío, su sexo hinchado, inflado de desazón y
lujuria se introducía dentro de mi sexo inyectado en sangre en un "mete- saca"
constante, rítmico...



Mis brazos se apoyaban contra la pared, y sus manos se apoyaban sobre las mías
agarrandolas con fuerza en cada embestida... sus labios jugosos, elegantes y
atractivos me susurraban palabras de amor, de pasión y de desenfreno...



Quizá ese día nos dejamos llevar demasiado sin darnos cuenta que alguien nos
podía escuchar, bueno más que alguien, la única que podía, Lucía.... los jadeos
eran crecientes en profundidad...



Yo intentaba girar la cabeza para ver la cara de mi amante, esa que me enloquece
como brilla y se descompone con el placer...



En uno de mis giros de cabeza vi a Lucía, con una camiseta de algodón blanca que
le cubría una parte chiquitita de los muslos y sus manos entre las piernas. Yo
estaba a punto de llegar al orgasmo, lo sentía venir, y Gustavo se movía
deliciosamente. La cara de la chiquilla mantenía dos círculos sonrosados a cada
lado de la mejilla que me indicaban que probablemente fuera bastante el tiempo
que allí permaneció...



Me excitó saber que alguien nos miraba... quizá por pillarme a punto de irme no
reaccioné, quizá por ocurrir en el momento en el que era susceptible de
perversión todo ocurrió así...



Entre jadeos le dije a Gustavo que Lucía se masturbaba mientras nos miraba...
sin parar de moverse y agarrando mi cadera giro la cabeza y la vió allí, con las
piernas entreabiertas, la ropa interior por las rodillas y la camiseta que
tapaba con dificultad su sexo sobre el que se agitaba su mano...



Gustavo pareció enloquecer, nunca me había comentado que le gustaba que le
miraran ni nada parecido...



Se apartó de mí y cogió mi mano... sentí que entre mis dos labios caían gotas de
placer que escurrían por el interior de mis muslos...



Gustavo me tumbó bocarriba en la cama, abrió mis rodillas y sentí como con sus
dedos abría cuidadosamente los labios mayores de mi sexo, dejaba al descubierto
para esa chiquilla mi inflamada vulva llena de excitación y ansiedad por ser
acariciada, mordida, chupada, lamida, penetrada...



La lengua de él comenzó a recorrerlo entero, toda mi rajita, rosada y empapada
de arriba abajo era acariciada, mi cadera se comenzaba a contonear de arriba
abajo en círculos en busca del climax...



Balbuceante, entre toda mi humedad las palabras de Gustavo sonaban con
dificultad, a la segunda pude entender como él pedía a Lucía que se sentará a
nuestro lado y se quitara la camiseta...



Mi sorpresa fue, cuando ella, obediente, siguió las indicaciones... a mi lado
saco la camiseta por su cabeza, dejando sobresalir dos abundantes pechos que no
sé donde los tendría escondidos hasta ese día y un pubis muy bien cuidado.



Se notaba la juventud en su piel, brillante y perfecta.... sentada a mi lado,
observaba con atención mientras se introducía uno de sus deditos como Gustavo me
practicaba sexo oral con toda su experiencia y esmerándose, presuntuoso y
vanidoso, más que muchas otras veces...



Gustavo estaba empleando sus artes de seducción con Lucía empleándome a mi, y
generando en ella el deseo de querer ser la protagonista...



La boca de Gustavo fue sustituida de nuevo por su sexo, inhiesto y devorador,
deseoso de disfrutar de las dos hembras... eso a mi no me hacía mucha gracia...



Pero, él supo llevar la situación a su terreno, con su sexo dentro, mi voluntad
quedaba reducida a la mínima expresión, mientras sobre mi agitaba sus glúteos,
sus pupilas se clavaron en las mías y entonces no supe negarme. Cómplice, me
estaba pidiendo autorización para dar un paso más, y no fui capaz de decir que
no cuando le sentía casi abrir mi sexo en dos...



Aprovechando sus movimientos profundos y mientras me follaba dio un beso largo e
intenso a la joven, dejo su cuerpo caer sobre el mío y una de sus manos la
acercó a la pequeña vulva de "nuestra Lucía"...



Pude observar su cara, llena de satisfacción, empapó sus dedos con los jugos de
la casi adolescente y luego acarició mi cara, dejando la humedad, sobre mi
rostro, de otra que era también objeto de su deseo...



El orgasmo como si se tratara de una corriente fría se apoderaba de todo mi
cuerpo, tensaba mis piernas, mis brazos... y palpitaba todo mi ser...



Gustavo, trasgresor, pidió a Lucía que pusiera la mano sobre mi vulva para notar
las palpitaciones...



Fue especial lo que sentí cuando parecía acabar mi climax, esa piel tan fina y
diferente, casi como la seda, apretando las palpitaciones de mi clítoris
mientras que sentía a Gustavo no parar de bombear...



Alrededor de los dedos de la que parecía "la inocente Lucía" contraje mis
piernas cruzándolas e impulsando con los músculos de mis muslos movimientos
rítmicos con sus dedos que apretaban y rozaban mi punto más sensible...



La cara de Gonzalo esbozo una pícara sonrisa, me arrebato a Lucía cogiendola por
las caderas y dándole la vuelta... ella no oponía ninguna resistencia. Quedó a
cuatro patas a mi lado, con sus nalgas redondas y pequeñas levantadas mientras
ante mis ojos mi pareja se hacía con ella.



Antes de penetrarla pude ver como tenía la polla casi amoratada, inflamada de
placer, en sus ojos se veía la lujuria...



Mi sexo se quedo empapado y palpitante, a punto de conseguir el segundo orgasmo
cuanto ante mis ojos iba a ver a quien yo más amaba como se lo montaba con una
jovenzuela... lo cierto es que no estaba satisfecha, pero no tenía fuerzas para
hacerlo parar... Desde el lado de las nalgas de Lucía vi como se abría paso
entre su estrecha vagina y brillante y húmeda iba entrando mientras la chica
jadeaba mostrando el gran placer de la excitación...





Algo ocurrió, algo que no puedo explicar, que racionalmente no tiene sentido...
me encantó ver a Gustavo moviendo sus nalgas con gran excitación, me encantó ver
como era otra a la que se follaba delante de mis ojos... no lo entiendo, pero en
Lucía me veía a mi y me encantaba....


Algo curioso pasó mientras que ellos dos se lo montaron. Gustavo movía sus
caderas rápido y fuerte pero no quitaba su mirada de la mía, fija y contundente.
Yo por mi parte no podía más que mirarle a él, su cara, su vientre, sus
nalgas... su sexo...


Lucía, ajena a esta complicidad con la cabeza entre sus brazos no paraba de
jadear y pedir que le diera más, y más y más... no miraba a nadie, ni a mi, ni a
él...


Estuve acariciándome sin parar mientras observaba tan erotizante escena, mi
instinto me hizo que entre empujón y empujón me acercara al cuello de Gustavo y
le suplicará que no se fuera dentro de ella, que me dejara que fuera yo quien lo
saboreara...


Mis dedos juguetones e inquietos hicieron un buen trabajo, Gustavo me buscó,
quiso irse a la vez que yo, quiso que todo fuera simultaneo. Lucía por su parte
había tenido su premio unos minutos atrás y ahora solo parecía prestar su sexo
para el placer de mi pareja...


Con las piernas abiertas sobre la cama mi sexo comenzó a palpitar, a regarse
de fluidos de pasión, a ser una perfecta pista de patinaje para mis dedos, que
palpaban la hinchazón de sus paredes con premura...


En medio de mi orgasmo, Gustavo metió su polla en mi boca, sabía dulce,
diferente... sabía a fémina... mientras disfrutaba de las contracciones, mi
lengua inquieta rodeaba todo su frenillo y dibujaba en su desesperado glande los
relámpagos de mi climax....


Mi boca se tornó tibia, muy tibia, tanto como el manantial que brotaba de
entre mis piernas, saboree y en ese momento le ame como nunca...


Pasados los momentos anteriores cuando quisimos darnos cuenta Lucía no estaba
allí, fuimos a buscarla y dormía como una bebe desnuda sobre las sábanas, Se la
veía preciosa...


Entre los dos la tapamos... y a la mañana siguiente la vida seguía igual...


Desde ese día Lucía no volvió a aparecer en el dormitorio, los dos lo
deseábamos pero por más que dejábamos las puertas abiertas, hasta nos
insinuábamos en su presencia ella rehuía de esos encuentros...


Una noche en plena excitación, Gonzalo me estaba enloqueciendo y me susurró
que deseaba que le viera tirandose a otra ... esa parte masoquista que debo
albergar en mi interior me hizo levantarme desnuda y acudir al cuarto de
Lucía...


Ella entreabrió los ojos y se dio la vuelta, ignoro mis frases y palabras no
mostrando el mínimo interés...


Me sentí desesperada, la destapé y me encontré su cuerpo juvenil sobre el
colchón, desnudo, precioso... le suplique, y ella sin parecer alterada me dijo
que no quería volver a repetir, que eso fue por casualidad...


En esos momentos Gustavo bajaba las escaleras, con su sexo semi erecto nos
miro a las dos desnudas sentadas sobre la cama de Lucía, en cuestión de segundos
la tenía totalmente erguida, algo corvada hacía dentro y era él quien también
suplicaba...


Por favor, por favor le gritaba , venga a cambio de lo que quieras Lucía, si
quieres te lo pagamos... esa frase fue una forma de hablar, fruto de la
desesperación, fruto de la excitación...


Ella no dudo, rápidamente dio un "vale" por respuesta, los dos nos quedamos
helados, creo que hasta el sexo de Gonzalo tuvo un pequeño bajón. Nos dijo que
cada noche, que nos apeteciera compartir, le abonaríamos 60 Euros.


La verdad es que no nos paramos a pensarlo en ese momento, nada más que acabo
la frase se puso de rodillas en el suelo del cuarto y se introdujo la cabeza del
sexo de Gustavo entre los labios... sus jadeos fueron inmediatos y yo al verlo
empecé a lubricar y a sentirme el sexo palpitar... evidentemente aceptamos....


Esta vez en el cuarto de Lucía mi chico nos folló a las dos, primero a mi
como siempre, y luego a ella, pero jamás separaba la mirada de mis ojos, ni un
instante... una mirada, ardiente, profunda...


Es curioso, que compleja es la mente humana, nunca pensé que un trío pudiera
ser un acto de pasión tan cómplice, intimo y satisfactorio con mi gran amor...


Hace cuatro años que empezó esta especial relación, Lucía sigue en casa,
ahora tiene 23 años y hace dos, nos confesó lo que evidentemente Gonzalo y yo ya
sospechábamos.


Lucía no era esa chica joven, pobrecita, inocente, y desvalida...


no. Lucía era una chica de familia bien que a los 17 años, cansada de una
familia conservadora y sintiéndose diferente huyó de su casa y que con
anterioridad a llegar a nuestro hogar ya había ejercido la prostitución.


La confianza y el tiempo ha hecho que nos contará como una vez, por azar, se
encontró con una situación similar a la que en nuestra casa provocó, y vió la
posibilidad de un rentable y placentero negocio formar parte de la vida sexual
estable de una pareja...


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